Banco de España avisa sobre el crecimiento de empresas vulnerables y el deterioro de la situación de hogares
Advierte de que hay signos de «sobrevaloración» de los precios de la vivienda, aunque están contenidos por el alza de tipos
La elevada inflación y la subida de los tipos de interés están deteriorando la situación económica de los hogares, particularmente la de aquellos de menor renta, al tiempo que las dificultades para trasladar a los precios de venta el alza de los costes de producción y el aumento de los tipos de interés también están elevando la proporción de empresas vulnerables, según se desprende del último Informe de Estabilidad Financiera publicado este miércoles por el Banco de España.
En este contexto, el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos recomienda que las medidas fiscales que buscan paliar el aumento del coste de la vida sean temporales, focalizadas en los grupos más vulnerables y compatibles con la eficiencia en las decisiones de consumo, en particular de la energía.
«De lo contrario, podrían alimentar las dinámicas de inflación, así como requerir una reacción más vigorosa de la política monetaria, que incrementaría los costes de financiación a hogares y empresas, presionando su capacidad de pago», ha advertido el Banco de España.
La tónica de crecimiento económico muy moderado registrado desde finales de 2022 se habría mantenido en el primer tramo de 2023, en línea con la actividad global y en un contexto de debilidad del consumo privado. Este se ha visto afectado por la ya mencionada pérdida acumulada de poder adquisitivo de los hogares provocada por el incremento de los precios y de los tipos de interés.
Hasta ahora, el Banco de España señala que el uso de la bolsa de ahorro acumulada desde el inicio de la pandemia ha amortiguado parte del impacto de la inflación en el consumo, pero este factor de impulso podría debilitarse por la reducción de este ahorro, por su uso alternativo para amortizar préstamos –en un contexto de ascenso de los tipos de interés– y por la elevada incertidumbre.
En el medio plazo, el crecimiento económico para 2023 se ha revisado al alza gracias a las sorpresas positivas de crecimiento en 2022. De acuerdo con las últimas previsiones del Banco de España, se anticipa que la actividad recobrará un tono más dinámico a partir de la primavera. Pese a ello, desde el organismo alertan de que los aumentos de los tipos de interés de la política monetaria hasta el momento se han trasladado solo parcialmente al coste de la financiación de las empresas y de los hogares españoles, por lo que este proceso continuará a lo largo de 2023.
Con todo, se avisa de que las perspectivas de la economía española en el escenario central están sujetas a una incertidumbre extraordinaria, y los riesgos se orientan a la baja para la actividad y están equilibrados para la inflación.
Por lo que se refiere a los precios, el escenario central para España contempla una moderación de la inflación. En caso de registrarse una inflación más elevada que la proyectada actualmente tendría efectos más negativos que los incorporados en el escenario central sobre la capacidad adquisitiva y la confianza de los agentes, y, por tanto, sobre sus decisiones de gasto, el empleo y la actividad. En este escenario adverso, también sería más probable un endurecimiento más intenso de lo previsto de las políticas monetarias a escala global.
LA MEJORA DE DEUDA Y DÉFICIT ESTARÍA AGOTÁNDOSE: RIESGO A MEDIO PLAZO
Todo ello en un contexto en el que el organismo avisa de que la mejora del saldo de las administraciones públicas observada hasta ahora estaría agotándose, en ausencia de nuevas medidas, persistiendo una situación de vulnerabilidad a medio plazo. De hecho, el Banco de España ha la persistencia de un nivel de deuda pública en porcentaje del PIB por encima del 100% constituye un riesgo a medio plazo para la economía española.
«En ausencia de un proceso de consolidación, los niveles de déficit y deuda pública continuarían siendo elevados, constituyendo una fuente de riesgo para la economía española a medio plazo», ha señalado el Banco de España, insistiendo en que ese proceso debe iniciarse ya en 2023.
En este sentido, el organismo ha remarcado que reducir esos riesgos requeriría de un proceso de consolidación de las finanzas públicas españolas, que sea sostenido en el tiempo y esté adecuadamente graduado a la evolución macroeconómica.
SIGNOS INCIPIENTES DE DESEQUILIBRIOS INMOBILIARIOS
El Banco de España percibe que se ha producido un «freno» de la actividad en el mercado de la vivienda, que estaría influido por la pérdida de poder adquisitivo de los hogares, la elevada incertidumbre y el progresivo endurecimiento de las condiciones de financiación del crédito hipotecario.
A pesar de esto, los volúmenes de compraventas y nuevas hipotecas se mantienen por encima de los niveles observados en los años previos a la pandemia.
De su lado, el organismo apunta que los indicadores sobre desequilibrios en los precios de este mercado continúan mostrando algunas señales de sobrevaloración, desde 2020, si bien estas son contenidas por el momento y el endurecimiento de las condiciones de financiación podría contribuir a su moderación.
En este punto, el Banco de España señala que también que los precios de los nuevos alquileres están experimentando aumentos significativos, que podrían condicionar la evolución de los precios de la vivienda en trimestres futuros.
A pesar de que el aumento de los tipos de referencia se ha trasladado a mayores tipos de interés de los nuevos préstamos hipotecarios en la segunda mitad de 2022, los diferenciales de los tipos en estas operaciones con respecto a los primeros continuaron estrechándose.
Así, el Banco de España advierte de que la rentabilidad de estas operaciones podría situarse más fácilmente en niveles muy reducidos, o incluso generar pérdidas, ante los posibles repuntes de los costes de financiación bancaria o el deterioro de la capacidad de pago de los prestatarios.