Bal recuerda a quienes le tildan de «sanchista» su cese por no «engañar a los españoles» con el delito de rebelión

MÉRIDA, 3

El portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados y candidato a liderar el partido como portavoz político, Edmundo Bal, ha considerado un «chiste» que algunos compañeros de partido le hayan calificado como «sanchista», cuando precisamente fue el presidente del Gobierno quien le cesó como abogado del Estado.

Pedro Sánchez «trató de arruinarme la vida por no engañar a los españoles» en aquel escrito de acusación contra «quienes dieron un golpe a la democracia en un auténtico delito de rebelión a la Constitución» en el proceso contra los líderes independentistas.

El candidato a relevar a Inés Arrimadas al frente de Ciudadanos ha calificado a Pedro Sánchez como «el peor gobernante en 40 años de democracia», por lo que considera que quienes le acusan de ser sanchista, entre ellas la vicealcaldesa de Madrid Begoña Villacís, «o están de chiste o no tienen ninguno otro argumento» contra él.

Así lo ha indicado en declaraciones a los medios de comunicación en Mérida, donde ha hecho la primera parada en su visita a Extremadura antes de continuar su camino, primero en Badajoz, y posteriormente en Cáceres, donde mantendrá encuentros con los afiliados del partido, enmarcados en el proceso de primarias abierto en la formación naranja.

Bal ha señalado que ha llegado a Mérida en su propio coche, debido al estado del ferrocarril extremeño, que ha situado como un claro ejemplo de las «promesas incumplidas durante tantos y tantos años por el bipartidismo».

Bal, que ha estado arropado en Mérida por un grupo de afiliados, entre los que se encontraba la diputada de Cs en la Asamblea María Encarnación Martín Andrada, ha excusado la ausencia de María José Calderón, que forma parte de su candidatura a liderar el partido, quien ya fuera diputada en el Congreso por Badajoz en la XIII Legislatura, tras las elecciones de mayo de 2019, después de haber sufrido un percance durante su desplazamiento por carretera.

Una compañera de la que ha dicho que cuando se conocieron precisamente en 2019 con motivo de aquella campaña electoral fue «un amor a primera vista», y de la que ha destacado que «no ha mirado a ningún otro partido» y que, a pesar de volver a su trabajo, ha seguido aportando a Ciudadanos, y que con su integración le dio un «alegrón tremendo».

Una persona «muy valiosa» para su proyecto, por cuanto significa una «renovación de verdad», que la gente vea en la televisión «caras nuevas y no las de siempre», que impulsen al que considera un partido «imprescindible» para acabar con los «excesos y las corrupciones del bipartidismo».

ILUSIÓN RENOVADA

Bal se ha referido al inicio de su campaña este pasado lunes en Murcia, donde ha comprobado que «de nuevo hay ilusión» entre los afiliados, que es el objetivo de esta candidatura. «Recobrar la vieja ilusión que hizo nacer este partido en 2006 cuando era un partido valiente, rebelde, que hablaba claro».

Afiliados de los que ha recibido comentarios que no son agradables de escuchar, pero que también motivan su candidatura, y que es «lo solos que ha dejado el partido a muchos afiliados y simpatizantes», entre ellos a los de Murcia y Extremadura.

«Gente que se siente sola», ha lamentado Bal, motivo por el cual uno de los lemas de su candidatura es «derribar las torres de cristal donde se ha asentado la dirección del partido» para volver a «reconectar», primero con los afiliados, y después con el votante.

PARTIDO DE «CENTRO RADICAL»

Otro de los objetivos de Bal es que Ciudadanos no sea un partido de «subordinados del PP», que se ha convertido en el socio preferente por parte de la dirección de la formación naranja, ha dicho, y que les lleva a tener una «imagen de partido de derechas», cuando en realidad ocupan el centro político.

Un partido, ha añadido, que quiere «ensanchar su espacio ideológico para que quepan todas las sensibilidades, las de centro derecha, las de centro izquierda, y las «centro centro», que es donde él, ha dicho, se ubica.

Un «radical de centro, de centro total», como le dicen sus amigos, ha comentado Bal, quien se considera «capaz de pactar» con partidos a ambos lados, tal y como ocurre con los liberales alemanes y de otros países europeos, ha señalado.

Un partido que debe salir al «ruedo político» con sus propios valores y principios, y que después de las elecciones sea capaz de «atraer al centro» al resto de partidos, y no como ahora que están «en manos de Esquera, Bildu, PNV o Podemos», o también ejerciendo como «dique de contención» contra Vox.

«Esta es la función que tenemos que cumplir y lo que hará que los ciudadanos nos vea como un partido útil y consigamos ilusionarlos de nuevo».