Badiola apremia a la UE a liderar ejercer sus competencias como hizo en el mal de las «vacas locas»
El catedrático de Patología Animal de la UZ cree que la vacuna contra el COVID-19 podría estar después del verano
ZARAGOZA, 30
El director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza, Juan José Badiola, ha apremiado a la Unión Europea (UE) a que ejerza sus competencias y tome el liderazgo ante la pandemia del coronavirus como hizo, en su día, con el denominado, mal de las «vacas locas».
Badiola ha recordado que en la crisis de la encefalopatía espongiforme bovina, conocida popularmente como la enfermedad de las «vacas locas», la UE «tomó el liderazgo desde el primer momento e hizo un plan, que permitió controlar la epidemia», que se originó a mediados de los años 90 en el Reino Unido.
En una entrevista concedida a Europa Press, Badiola ha reiterado que la UE «está obligada a hacer» ese plan y si no hay una postura común, los ciudadanos, en cuanto puedan se moverán por toda Europa y se reproducirá la situación. «No tiene sentido encasillarse cada uno en su país porque el virus no conoce fronteras», ha subrayado para precisar que España e Italia están muy afectados y en Francia crece la preocupación.
«Es un espectáculo inaceptable e impresentable. Que una institución que tiene competencias en salud pública, no en asistencia, pero sí en seguridad alimentaria y salud pública, que no haya tomado el liderazgo en esta pandemia, me ha parecido un fallo, que no se si no le costará el puesto a los actuales miembros de la Comisión porque habrá que ver la reacción que tenga el Parlamento Europeo».
Para este experto en crisis sanitarias y que forma parte del grupo de trabajo del Ayuntamiento de Zaragoza contra el coronavirus es «inaceptable» la postura «insolidaria» adoptada por algunos países, en alusión a Alemania y Holanda. «Se les tendría que caer la cara de vergüenza», ha expresado para recordar que es un problema que afecta a toda Europa. «Me sorprende la postura de Alemania, no sabe lo que hace porque juega a la ruleta rusa. Eso puede amenazar el futuro de la UE».
Al respecto, ha alertado de que puede proliferar posturas contrarias a la Unión Europea y un aumento del populismo. «No me extraña que España e Italia digan que es inaceptable porque puede tener muy malas consecuencias».
VACUNA
Sobre la obtención de una vacuna contra el coronavirus, Juan José Badiola ha dicho que no la ve «tan lejana» y ha argumentado que la maquinaría internacional está trabajando muy rápidamente y ya hay entre 4 y 5 prototipos.
«Existe un carrera desenfrenada entre laboratorios y países, como Australia, Estados Unidos o Alemania, para ver quien la logra y lo veo para después del verano». El profesor ha explicado que la parte más larga del desarrollo de una vacuna es comprobar que son seguras, porque se van a inyectar a millones de personas.
«Como es una necesidad tan urgente, por razones obvias la operatividad de todos los fabricantes les hace trabajar a toda velocidad y también la ciencia avanza en nuevos procedimientos, al igual que los procesos de autorización de vacunas, que se suelen alargan años por parte de las agencias especializadas, pero al ser una situación de urgencia se tratan de acortar más».
Badiola ha indicado que hay que estar preparado por si se reactiva el coronavirus después del verano, porque ha habido tal infección mundial que «no es improbable», pero ha precisado que la situación no será igual a la actual porque «si no muta el virus, ya habrá millones de ciudadanos protegidos».
REACTIVAR
Sobre esa posible mutación ha señalado que es una «eventualidad no descartable» como que se reactive en el próximo otoño-invierno. «Hay que tenerlo en mente y hay que prepararse para ella», ha instado para apostillar que para entonces la sanidad dispondrá de EPI y otros sistemas de protección.
«Serán circunstancias muy distintas. Esto no se volverá a repetir con esta dureza tan descarnada», ha confiado. Asimismo, Badiola ha mostrado su esperanza en la eficacia de algunos fármacos que son los antivirales que se han utilizado en el pasado, entre los que ha citado la cloroquina y hydroxicloroquina para tratar la malaria, y el remdesivir que se emplea para el tratamiento del ébola o el VIH-SIDA.
Otro proyecto «esperanzador» es el que lleva a cabo la OMS denominado Solidaridad que va a incluir a pacientes de 50 países. «Es una prueba a gran escala donde cada país aporta un tratamiento de forma regulada para ver la eficacia de esos tratamientos únicos o combinados. Así, se podría clarificar la validez de cada uno».
Otra fórmula es extraer el suero de la sangre de pacientes recuperados para inocular los anticuerpos que hayan generado, una técnica que se ha comenzado a investigar en Aragón.
TEST
Badiola se ha mostrado partidario de extender los test al máximo posible de la población, especialmente los que miden los anticuerpos. Con una gota de sangre se evalúa la proporción de anticuerpos y se sabe qué tasa se tiene en sangre. «El que la tenga ya apreciable quiere decir que ha pasado la infección y la ha vencido».
Entre este grupo se sitúan los que han pasado la enfermedad en casa con una sintomatología leve, junto a los recuperados en el hospital. «Esos ya no van a reinfectarse. Todos ellos tienen una tasa que permitirá saber cómo está la población».
El epidemiólogo ha reconocido que lo «ideal» es hacer la prueba de anticuerpos y de detección del virus. Para esta última hay dos tipos de pruebas. Una es el test rápido para detectar la carga viral en las mucosas que tiene una fiabilidad superior al 80 por ciento, pero no tan alta como el PCR que detecta el genoma viral y es la más fiable, con un 99 por ciento.
El PCR es la técnica más cara y laboriosa que precisa de un nivel alto de cualificación en los laboratorios especializados, mientras que los test rápidos no son tan sofisticados, son más baratos y permiten ampliar la cobertura.
«Toda esa masa de gente contagiada aflorará con los test de anticuerpos». Badiola han explicado que se puede hacer un muestreo grande y eso dará una idea aproximada de la realidad del contagio. «Seguro que hay más de 80.000 en España y no sabemos quienes son, ni ellos mismos porque no han tenido síntomas o no los han atribuido a esta enfermedad».
Para Badiola, lo peor del coronavirus es la letalidad porque ver las cifras diarias es «sobrecogedor», ha lamentado.
SALIDA GRADUAL
Badiola se ha mostrado optimista sobre los resultados de disminución de contagios que se irán viendo al final del confinamiento y si hay una reducción «muy notable, sería un buena expectativa». No obstante, ha dejado claro que los ciudadanos «tienen que ser conscientes de que otra posibilidad es aumentar el confinamiento y no se tiene que descartar».
Cuando se acabe este mes de confinamiento se verá la senda de descensos de casos y si realmente es cierta y definitiva, pero «no es aconsejable» volver a la vida normal de antes, sino de forma gradual. «Tenemos que tener todos muy claro que no se pueden dar oportunidades de nuevos contagios». Por ello, además de la separación mínima entre personas «habrá que evitar situaciones que favorezcan los contactos y las concentraciones de gente».
A su parecer, los ciudadanos conocen bien las normas a seguir y les ha instado a mantenerlas después del confinamiento. «Aunque vayan al trabajo tendrán que esmerarse en tomar medidas de precaución, sino se volverá a empezar, se provocaría una recaída y se disparará la curva ascendente, algo que sería horrible».
Este experto en epidemiología ha recalcado: «Todos tenemos que asumir que después del confinamiento hay que ser prudentes y responsables por lo que todas estas medidas que hemos tomado se tienen que mantener en el tiempo. Ya somos mayorcitos», ha zanjado.