El Gobierno se interesa por el proyecto de la activista Nadia Murad para reconstruir la provincia iraquí de Sinyar
El secretario de Estado de Cooperación y para Iberoamérica y el Caribe, Fernando García Casas, se reunió este jueves en Madrid con la activista yazidí Nadia Murad, para conocer de primera mano su proyecto para la reconstrucción de la provincia iraquí de Sinyar para facilitar el retorno de la población yazidí, según ha relatado él mismo en su cuenta de Twitter.
García Casas no pudo trasladar ningún compromiso concreto –este mismo jueves tomó posesión como ministro el socialista Josep Borrell– pero mantuvo la reunión, prevista desde hace tiempo, para conocer el proyecto de Fondo de Acción para Sinyar (SAF, en sus siglas en inglés). Murad ha viajado a España acompañada por la eurodiputada Beatriz Becerra, que impulsó su candidatura al Premio Sajarov.
En agosto de 2014, el grupo terrorista Estado Islámico (EI o ISIS) arrasó la región de Sinyar y los miembros de la minoría yazidí que no fueron asesinados o capturados –muchas mujeres jóvenes fueron retenidas como esclavas sexuales– huyeron.
Según los datos del SAF, más de 300.000 siguen viviendo en campos de desplazados en el Kurdistán iraquí y apenas 70.000 han regresado. Su informe para el año de 2018 cifra en más de 45 millones de dólares las necesidades, que comprenden desde hasta la reconstrucción de viviendas y escuelas hasta la recuperación de la actividad agrícola y ganadera.
«Si los yazidíes no pueden volver a su hogar el programa de genocidio del ISIS habrá sido un éxito», ha advertido Murad en un acto celebrado este viernes en el Ayuntamiento de Málaga, donde también ha presentado el proyecto y se le ha rendido un homenaje.
Lo más urgente es el desminado de la zona, una actividad en la que el Ejército español tiene experiencia, e incluso, desde 2002, un Centro Internacional de Desminado que es organismo de referencia en materia de desminado humanitario.
Nadia Murad se reunió hace un año en Madrid con el anterior ministro, Alfonso Dastis, hace un año, con motivo de su asistencia a la inauguración de la segunda Conferencia internacional sobre víctimas de violencia étnica y religiosa en Oriente Medio. Ya entonces pidió ayuda a la comunidad internacional para que la población huida de Nínive y Sinjar pueda volver a su casa.
