Avisan de que si no se aplican medidas urgentes para el uso de antibió ticos habrá muchas muertes por infecciones comunes
La farmacéutica hospitalaria de la Clínica IMQ Zorrotzaurre, Isabel Fontán, ha avisado de que si no se aplican medidas «urgentes» para fomentar el uso adecuado de los antibióticos se va a producir una «enorme cantidad» de muertes por infecciones comunes y lesiones menores.
Un antibiótico es un medicamento que se usa para prevenir y tratar las infecciones producidas por bacterias y lo hace o bien provocando la muerte de las bacterias (antibióticos bactericidas), o bien impidiendo el crecimiento de las mismas (antibióticos bacteriostáticos). En este sentido, la experta ha informado de que las resistencias bacterianas son modificaciones en la respuesta al uso de antibióticos que provocan una pérdida de eficacia de los tratamientos y un aumento del riesgo de propagación y contagio a otras personas.
Aparecen como consecuencia de cambios que sufren las bacterias al verse expuestos a los antibióticos y, de hecho, se trata generalmente de modificaciones genéticas (mutaciones y transferencias de genes) que pueden aparecer de forma natural con el tiempo.
«Sin embargo, el proceso se ve acelerado por tomar antibióticos cuando no es necesario (automedicación, sin que esté indicado), no tomar el antibiótico adecuado a cada infección en concreto, no respetar los horarios de administración o las dosis correctas o abandonar el tratamiento antibiótico porque se nota una mejoría en los síntomas. Hechos que en muchas ocasiones se producen tanto en las personas, como en los animales, ya que es frecuente que se administren sin supervisión de un profesional», ha comentado.
En este sentido, ha aludido a los datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) que apuntan a que cada año fallecen en la Unión Europea unos 25.000 pacientes por infecciones causadas por estas bacterias multirresistentes.
Las consecuencias para los pacientes hospitalizados son el retraso en la administración del antibiótico apropiado, peor pronóstico, prolongación de la hospitalización, sobrecostes sanitarios, peores resultados clínicos e incluso muerte. Además, las infecciones causadas por estas bacterias multirresistentes en la UE generan cada año sobrecostes sanitarios de al menos mil quinientos millones de euros.
«Del mismo modo, un uso indebido de los antibióticos en un paciente puede tener efectos no deseados en el resto de la población. Es decir, una mala utilización de los antibióticos, puede conllevar una situación de emergencia sanitaria importante por la aparición y contagio de cepas resistentes. Por ejemplo, en la Escherichia coli ya se ha registrado un nivel de resistencias a las aminopenicilinas superior al 5 por ciento», ha apostillado Fontán.
Dicho esto, la farmacéutica ha recordado que la posología y duración de tratamiento recomendada en las fichas técnicas y en los prospectos de los medicamentos se establecen en base a resultados de ensayos clínicos que aportan evidencia sobre la dosis y periodo de tiempo necesarios para erradicar infecciones por bacterias. Por ello, la falta de una adhesión completa al tratamiento antibiótico puede desencadenar la aparición de resistencias que hacen que el antibiótico deje de ser eficaz en el tratamiento.
«Un antibiótico es eficaz para tratar infecciones exclusivamente bacterianas. Los antibióticos no pueden hacer absolutamente nada en caso de enfermedades causadas por tipos de microorganismos distintos como es el caso los virus, siendo paradigmático el caso del virus de la gripe, frente al que los antibióticos no pueden hacer nada. Aunque los síntomas causados por unos y otras puedan ser similares, a nivel microscópico los virus y las bacterias no tienen nada que ver», ha apostillado la farmacéutica de IMQ, para detallar que la eficacia también depende del espectro de acción del antibiótico, que debe incluir necesariamente la bacteria causante de la infección.
EFECTOS INDESEADOS
Por todo ello, la experta ha insistido en que los antibióticos «nunca» se deben tomar libremente, sino que requieren un diagnóstico médico previo que verifique la presencia de una infección susceptible de tratamiento antibiótico, así como la elección del antibiótico «más idóneo» según el cuadro clínico y el patrón de resistencias de la zona.
«Como todos los medicamentos, los antibióticos tienen efectos adversos, algunos de los cuales son más o menos comunes a todos los grupos: alteraciones gastrointestinales, sobreinfecciones por hongos, alteraciones dermatológicas y posibilidad de reacciones de hipersensibilidad, entre otros. Otros efectos son más específicos dependiendo del tipo de antibiótico y pueden ser banales o por el contrario pueden llegar a ser muy graves», ha enfatizado.
Además, prosigue, un uso indebido de los antibióticos en un paciente puede tener efectos no deseados en el resto de la población. Es decir, una mala utilización de los antibióticos, puede conllevar una situación de emergencia sanitaria importante por la aparición y contagio de cepas resistentes.
Finalmente, la experta ha informado de que en el caso de que después de un tratamiento antibiótico sobre parte del fármaco, hay que desechar los restos de antibióticos no administrados ya que de esta manera se evita, por una parte, el riesgo de automedicación en otras ocasiones y, por otra parte, el deterioro del medicamento por una incorrecta conservación.
«El lugar idóneo para deshacerse de los medicamentos sobrantes son los puntos SIGRE, presentes en las oficinas de farmacia. Se trata de un sistema de recogida selectiva promovido por el sector farmacéutico para facilitar que los ciudadanos puedan desprenderse, de una manera cómoda y sencilla, de los envases y restos de medicamentos que tienen en sus hogares, facilitando su correcto procesamiento y evitando su llegada al medio ambiente», ha zanjado.