ASPE pide que España reduzca el IVA sanitario para facilitar el acceso del paciente a la innovación
La Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) ha reclamado un IVA reducido o superreducido en España, en consonancia con lo que permite Bruselas, para que los productos y tecnologías sanitarias se consideren bienes de primera necesidad para pacientes y para la atención sanitaria, facilitando así el acceso a la innovación.
En concreto, se refieren a la Directiva 2022/542 del 5 de abril de 2022, que establece la posibilidad de determinar un tipo de IVA superreducido por debajo del 5 por ciento para beneficiar al consumidor final y perseguir objetivos de interés general. La sanidad es uno de los sectores que optan a beneficiarse de esta ayuda.
Esta normativa acoge bajo su paraguas a «los equipos, aparatos, dispositivos y artículos médicos, así como el material auxiliar y los equipos de protección médicos, incluidas las mascarillas de protección, destinados normalmente a ser utilizados en la atención sanitaria o por las personas con discapacidad, los bienes de primera necesidad para compensar y superar la discapacidad, así como la adoptación, reparación, alquiler y arrendamiento de dichos bienes».
«Desde la Unión Europea se ofrece así la posibilidad de adaptar la situación fiscal del equipamiento sanitario a partir del 1 de enero de 2025, fecha en la que entra en vigor esta nueva legislación, y la decisión queda en manos de cada país miembro», han señalado desde ASPE.
EL IVA REDUCIDO PUEDE MEJORAR LA CALIDAD ASISTENCIAL
«España no ha tomado una determinación en los más de 400 días que han transcurrido desde la publicación de esta directiva. Una quietud que contrasta con su situación, que lo sitúa como uno de los países de la UE con una mayor carga impositiva en productos sanitarios junto a otros como Alemania y Francia», tal y como recuerdan desde la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin).
La patronal de tecnología sanitaria estima que adaptar la situación fiscal del material sanitario puede suponer un ahorro de más de 1.000 millones de euros para la sanidad pública y la privada. «La reinversión de estos recursos en otros ámbitos, como la innovación tecnológica o terapéutica, puede generar un impacto positivo en varios niveles», destacan.
En primer lugar, los servicios de salud de las comunidades autónomas optarían a mejorar la asistencia sanitaria ofrecida, desde incorporar innovaciones tecnológicas hasta disminuir las listas de espera y reducir el actual nivel de obsolescencia del equipamiento, entre otras ventajas. Un IVA reducido beneficiaría de igual manera a los ciudadanos, para una mayor y mejor accesibilidad a avances científico-médicos.
GARANTIZAR LA SOSTENIBILIDAD DEL SISTEMA
Para ASPE, la inversión en los últimos avances tecnológicos debe ir acompañada de un incremento en la red de infraestructuras. El número de usuarios de seguros de salud ha crecido un 4 por ciento en 2022 hasta superar los 12 millones de personas.
Desde 2017, la cifra de asegurados ha progresado, especialmente a raíz de la pandemia de Covid-19. Desde el sector, se prevé que la tendencia alcista se mantenga en los próximos años, por lo que ven «necesario» el apoyo de la Administración para «respaldar la cobertura de este previsible crecimiento».