Asesores fiscales denuncian ante Bruselas el impuesto al plástico por sus «defectos técnicos»
Aedaf cree que el impuesto será «objeto de una profunda revisión por sus numerosos defectos de forma que aseguran la litigiosidad»
La Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf) ha denunciado ante la Comisión Europea el impuesto sobre los envases de plástico no reutilizables porque impone barreras administrativas que podrían afectar a las adquisiciones intracomunitarias y vulnerar el tratado fundacional de la Unión Europea.
La Asociación ha presentado este lunes su nuevo paper, titulado El impuesto sobre los envases de plástico no reutilizables , que firma la abogada y miembro de Aedaf Belén Palao.
Durante la presentación del informe, la autora ha criticado los defectos técnicos del impuesto y la complejidad administrativa que supondrá «obligaciones administrativas de altos costes e imposible cumplimiento para miles de pymes españolas que no están preparadas para acometerlos».
La autora, miembro del Grupo de Expertos en Impuestos Indirectos de Aedaf, ha señalado que el impuesto impone barreras administrativas que podrían afectar a las adquisiciones intracomunitarias, por lo que podría vulnerar el tratado fundacional de la Unión Europea. Por ello, la Asociación Española de Asesores Fiscales ha denunciado el impuesto ante la Comisión.
Según ha explicado Palao, la Asociación considera que el impuesto podría reunir las condiciones para ser considerado «exacción de efecto equivalente, y por tanto, nulo de pleno derecho en la parte que afecta a las adquisiciones intracomunitarias».
En palabras de la presidenta de Aedaf, Stella Raventós Calvo, «tal y como está diseñado el impuesto, no justifica los problemas de gestión que este va a suponer para las empresas. Es un impuesto mal diseñado, porque las empresas están cada día más sometidas a obligaciones formales, se les está ahogando con presentaciones de todo tipo», ha denunciado.
Por su parte, el vocal responsable de Estudios e Investigación de Aedaf, Javier Gomez Taboada, ha apuntado que «es un error usar la presión fiscal como medida para valorar cuándo introducir un nuevo tributo; el medidor más adecuado es el esfuerzo fiscal que lleva a cabo el contribuyente».
Para Aedaf, se trata de un impuesto «inmaduro» que goza de numerosos defectos técnicos y que «pide a gritos» una revisión en profundidad, tanto de sus elementos estructurales, como de su esquema de liquidación y obligaciones formales, con la idea de que la inversión a realizar por los contribuyentes en términos de tiempo y dinero sea proporcional con el importe objeto de recaudación.
Los Asesores no ven de recibo que, con el fin de atender a los requerimientos de la UE, se haya diseñado e introducido una nueva figura impositiva de forma «totalmente precipitada», sin tener en cuenta la aprobación de un nuevo régimen de responsabilidad ampliada del productor, así como las obligaciones de financiación impuestas por el Real Decreto 1055/2022, que podrían dar lugar a un supuesto de doble imposición.
«UN ENGENDRO FISCAL»
Según han denunciado, el impuesto se diseñó en los despachos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de Transición Ecológica sin tener en cuenta las observaciones presentadas en el trámite de información pública y sin contar con el apoyo por parte del Ministerio de Hacienda ni con los operadores del sector, más allá de las empresas fabricantes del plástico.
Además, Aedaf ha criticado que no se ha tenido en cuenta el esfuerzo que supone para las empresas la gestión del impuesto y ello debido, fundamentalmente, a la ausencia de datos necesarios para poder calcular y liquidar el impuesto.
«Lo cierto es que ni el ámbito objetivo es el mismo ni tampoco su alcance, por lo que esta visión tan simplista del impuesto ha dado lugar a un engendro fiscal con el que desgraciadamente vamos a tener que convivir los próximos años», ha concluido la autora del informe.