Ascienden a más de 110 los muertos por enfrentamientos durante un proceso de desarme en Sudán del Sur
El balance de víctimas de los enfrentamientos registrados durante el fin de semana en el estado sursudanés de Warrap (norte) entre el Ejército y civiles armados en el marco de un proceso de desarme en la zona, ha ascendido al menos a 110 muertos y más de 140 heridos, según las autoridades.
El director ejecutivo de Tonj Oriental, Makuei Mabior Dhuol, ha detallado en declaraciones a la emisora Radio Tamazuj que las víctimas mortales son 82 civiles y 34 militares, al tiempo que ha señalado que además hay 93 civiles y 34 soldados heridos.
«Las cifras podrían aumentar, porque la gente está aún recuperando los cadáveres», ha manifestado, antes de agregar que los combates estallaron después de que un soldado matara a un joven «por negarse a quitarse una tela que llevaba en la cabeza».
«Los familiares del fallecido atacaron un acantonamiento militar», ha señalado, antes de agregar que los combates fueron controlados el domingo, dos días después de su inicio. El gobernador de Warrap, Bona Panek Biar, ha confirmado los incidentes, sin pronunciarse sobre su causa.
Por su parte, el portavoz del Ejército sursudanés, Lul Ruai, ha manifestado que los combates se han saldado con 81 muertos, incluidos 55 militares, según ha recogido la emisora Eye Radio.
Francis Aguek, antiguo comisionado del condado de Luanyjang, dijo el lunes que los combates estallaron durante una campaña de desarme en la zona para intentar reducir los combates intercomunitarios en Warrap, que han aumentado durante los últimos meses.
La Red de Acción de Sudán del Sur sobre Armas Cortas advirtió la semana pasada contra un proceso de desarme precipitado y agregó que los civiles armados podrían oponer resistencia si no había garantías de seguridad para las comunidades en caso de que entregaran las armas.
El descenso experimentado por la violencia política en el país durante los últimos meses se ha visto reemplazado por una explosión de violencia intercomunitaria relacionada en parte con la inseguridad alimentaria tanto en el estado de Jonglei como en la región del Gran Pibor.
Estos conflictos, asociados tradicionalmente al pastoreo, han degenerado en los últimos años a combates militares en firme por culpa de la adquisición de armamento de contrabando.
Ante esta situación, el presidente del país, Salva Kiir, anunció a principios de julio una serie de medidas para acabar con la creciente violencia intercomunitaria, incluida una campaña de desarme a gran escala en todo el territorio con motivo del noveno aniversario de la independencia del país.