Paraguay, Ecuador y Jamaica son los países de Latinoamérica y el Caribe más expuestos a Rusia, según el BID

La guerra y el endurecimiento financiero puede llegar a restar hasta un 1,5% del PIB en promedio cada año entre 2022 y 2024

Paraguay, Ecuador y Jamaica son los países de Latinoamérica y el Caribe más expuestos a la guerra entre Rusia y Ucrania, según desvela en su último informe el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Si bien las exportaciones de la región hacia Rusia son pequeñas, apenas el 0,3% del total en 2019, los sectores de carne y las semillas para la producción de aceite en Paraguay, las frutas en Ecuador y los químicos inorgánicos en Jamaica serían los mercados más afectados por una interrupción del comercio con Rusia.

El BID ha explicado que en 2019 Rusia representó el 8,5%, el 6,6% y el 5,3% de las exportaciones totales de Paraguay, Jamaica y Ecuador, respectivamente. Destaca especialmente el caso de la carne paraguaya, donde Rusia aglutina un 33% de las exportaciones por un valor de 335 millones de dólares, cercano al 10% del PIB del país latinoamericano.

Por otro lado, los fertilizantes son un caso especial en el comercio entre las dos regiones. Países como Brasil, Ecuador, Nicaragua, Perú o Suriname importan al menos el 30% de sus fertilizantes de Rusia, algo «particularmente importante dada la alta participación de la oferta agrícola en la canasta exportadora de muchos países de la región».

Brasil es el mayor importador neto de fertilizantes de la región, exporta cantidades significativas de productos agrícolas y hace uso intensivo de fertilizantes en su proceso productivo.

LASTRE AL CRECIMIENTO

A pesar de una exposición comercial limitada a Rusia, el efecto combinado de la guerra y sus consecuencias en el precio de determinadas primas, unas peores condiciones financieras externas y el menor crecimiento previsto en la región reduce «considerablemente» la expansión económica con respecto al escenario de antes de la guerra, de modo que Latinoamérica y el Caribe se recuperaría solo hacia finales de 2023 y comienzos de 2024.

En concreto, el shock combinado puede llegar a restar hasta un 1,5% del PIB en promedio cada año entre 2022 y 2024, a partir de una línea de base promedio de 2,2% al año.

México sería el país más golpeado entre los países y regiones analizadas, debido a sus estrechos vínculos con Estados Unidos, con una pérdida promedio del 2,1% del PIB al año entre 2022 y 2024. Brasil, por su parte, es el país menos afectado debido a sus mayores vínculos con Europa, los beneficios del shock de materias primas y una dependencia algo menor de los mercados de capitales internacionales.

En el peor de los escenarios el crecimiento se reduciría hasta un 1,2% en 2022 y entraría en recesión en 2023 (-0,4%). La región se recuperaría en 2024, hasta el 1,3%, y posteriormente, volvería a converger hacia el crecimiento de más largo plazo.

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