Arranca el programa Actívate para animar a los pacientes con cáncer de pulmón a realizar ejercicio físico

Este martes ha arrancado en Zaragoza una nueva edición del programa Actívate , impulsado por la Asociación para la Investigación del Cáncer de Pulmón en Mujeres (ICAPEM), el Grup de Investigació i divulgació Oncològica (GIDO), la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (AEACaP) y el programa Vive Entrena Cáncer Enfrenta (VEnCE) de la Fundación de la Universidad Europea, y con el apoyo de Roche, con el objetivo de animar a los pacientes con cáncer de pulmón a incorporar una rutina de ejercicios, ya que mejora su estado físico y psicológico.

Tal y como ha explicado la vicepresidenta de ICAPEM, la doctora Dolores Isla, «ser físicamente activo, tras el diagnóstico de cáncer y durante el tratamiento, puede facilitar el proceso de recuperación y mejorar la calidad de vida durante el mismo». Ha explicado que esto es precisamente lo que se intenta fomentar desde este programa. «Ya son muchos los estudios que lo han demostrado por lo que debería formar parte desde el principio del tratamiento de estas personas», incide.

En este contexto, el doctor Diego Márquez, vocal de la junta directiva de ICAPEM y oncólogo médico del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, señala que este programa, además, tiene la ventaja de que el ejercicio está prescrito por su médico y desarrollado por especialistas en actividad física. «Los beneficios para un enfermo de cáncer son muchos. Más allá de mejorar la calidad de vida, ya que aumenta la supervivencia, disminuye la inflamación tumoral, favorece la angiogénesis tumoral, inhibe las señales de proliferación, mejora el estado anímico del paciente y facilita, en general, el proceso de recuperación», explica.

¿EN QUÉ CONSISTE EL PROGRAMA ACTÍVATE ?

Actívate tendrá lugar hasta finales de año y consta de diversas sesiones grupales de ejercicio de 90 minutos, que se realizarán en las instalaciones del Palacio de Deportes de Zaragoza, y todas ellas guiadas por un educador físico deportivo, especializado en esta patología.

Durante las rutinas, se combinará ejercicio físico aeróbico y de fuerza, junto con otras pautas para mejorar la capacidad física y emocional. Se trata de un programa que se dirige específicamente a pacientes con cáncer de pulmón en cualquier momento de su enfermedad. Bajo esta visión de trabajo interdisciplinar, se pretende ofrecer herramientas accesibles y útiles para que, una vez terminado el periodo de entrenamiento, los pacientes puedan continuar desarrollando ejercicio físico como parte de su rutina.

En este contexto, el presidente de AEACaP, Bernard Gaspar, ha subrayado que además del ejercicio, «este programa facilita un espacio para que las personas afectadas puedan compartir experiencias con quienes están en una situación similar». Muchas de ellas, ha añadido, desconocen que realizar actividad física puede ser tan beneficioso para su salud y que conviene que sea una parte de su rutina. «Con pequeños gestos que dependen de cada paciente, se puede llegar a afrontar con más optimismo el día a día y a sentirse mejor durante y tras la enfermedad».

Por su parte, la vicedecana de Grado en Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y Fisioterapia de la Universidad Europea, Itziar Pagola Aldazabal, ha recordado el compromiso de esta organización con el bienestar de la sociedad. «Desde la Fundación y, a través del grupo VEnCE, estamos desarrollando un programa de ejercicio físico en el Hospital Severo Ochoa de Madrid con pacientes de cáncer de pulmón, en el que se evalúa la condición física, así como aspectos de calidad de vida y fatiga antes y después de la intervención. Existe mucha evidencia científica que avala que la actividad física y el ejercicio es una intervención no farmacológica que ha demostrado mejorar muchos aspectos en los pacientes con cáncer».

Respecto al tipo de ejercicio más indicado para estas personas, Itziar comenta que las recomendaciones*3,4,5 para este tipo de población son las mismas que para población general. «Es decir -añade-, al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico moderado o 75 minutos de ejercicio aeróbico vigoroso a la semana, a lo que hay que sumarle 2 o 3 veces en semana ejercicio de fuerza. Si bien es cierto, que las secuelas o consecuencias de las intervenciones y tratamientos hacen que en ciertos momentos estas recomendaciones no puedan cumplirse o deban adaptarse. Por lo que es fundamental que el ejercicio se prescriba por el oncólogo y esté diseñado, supervisado y evaluado por un educador físico deportivo, con el fin de que éste sea seguro, motivacional y adaptado a las necesidades reales de cada paciente».

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