Armenia anuncia que trabaja en un «contraataque proporcionado» contra Azerbaiyán
El Gobierno de Armenia ha comunicado este lunes por la noche que el Consejo de Seguridad ha mantenido una reunión de urgencia para valorar y trabajar en un «contraataque proporcionado» contra Azerbaiyán, horas después de que las tensiones entre ambos países acabarán por estallar en la región de Nagorno-Karabaj, donde los muertos se cuentan ya por decenas.
A través de un escueto comunicado, el Consejo de Seguridad ha informado de que el primer ministro, Nikol Pashinián, convocó este lunes una reunión de urgencia, en la que también estuvieron presentes el presidente armenio, Armén Sarkisián, y el máximo responsable del Parlamento, Ararat Mirzoyán.
«Durante la sesión, se hizo referencia a las cuestiones relacionas en la frontera entre Karabaj y Azerbaiyán, así como a las operaciones dirigidas por las Fuerzas Armadas de Armenia para dar un contraataque proporcionado al enemigo», dice el texto.
En las últimas horas, tanto las autoridades de Armenia como las de Azerbaiyán han cruzado mensajes en los que dejan claro que no están dispuestos a dar un paso atrás en la región de Nagorno-Karabaj, donde los muertos se cuentan ya por decenas –según balances oficiales– y persisten los combates.
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, ha ordenado la movilización parcial del país a raíz de la escalada de tensiones con Armenia, en un decreto que ha entrado en vigor este mismo lunes, un día después del inicio de los ataques.
Tanto las autoridades de Nagorno Karabaj como el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinian, ya habían decretado la ley marcial y una movilización general. «El régimen autoritario» de Aliyev «ha retomado las hostilidades. Ha declarado la guerra al pueblo armenio», dijo Pashinian.
Ninguna de las dos partes ha ofrecido un balance claro de lo ocurrido en las últimas horas, centradas ambas en reivindicar sus supuestas victorias militares frente al enemigo y en culpar a la otra parte. Azeríes y armenios se reprochan mutuamente haber iniciado la nueva escalada de enfrentamientos.
Según el ministro de Exteriores azerí, Jeyhun Bayramov, seis civiles han muerto y otros 19 han resultado heridos por las agresiones armenias contra «territorios ocupados», según la agencia APA. El Ministerio de Defensa ha incluido entre estas víctimas a dos menores de edad, mientras que la Fiscalía ha abierto una investigación penal por las agresiones a civiles, que habrían dejado además 27 heridos.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Nagorno-Karabaj ha elevado a 59 el número provisional de militares fallecidos. El presidente del territorio, Araik Arutiunian, ha asegurado además que «hay decenas de heridos entre la población civil, y también hay muertos».
Un portavoz del departamento de Defensa de Armenia, Artsrun Hovhannisian, ha informado de unos 200 heridos entre sus tropas, parte de los cuales ya han sido evacuados a la capital, Ereván. Ha señalado que «el enemigo no descansa» y está llevando a cabo contraataques, pero ha asegurado que las fuerzas armenias han tomado nuevas posiciones con «batallas heroicas».
Además, según otra portavoz ministerial, «decenas de cuerpos del enemigo» están ahora del lado armenio tras los últimos avances, informa la televisión pública de Armenia. El número dos del Ejército de Nagorno-Karabaj, Artur Sargsian, ha dado incluso una cifra concreta de las bajas enemigas, que sitúa en «más de 400» hasta media tarde de este lunes.
GESTIONES DIPLOMÁTICAS
En medio de la escalada del conflicto, las principales potencias y organismos internacionales se han movilizado para intentar restablecer el alto el fuego, como el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, quien ha pedido el cese «inmediato» de las hostilidades en la región y el regreso «sin demora a las negociaciones».
La Presidencia azerí ha confirmado conversaciones con Guterres y ha abogado por resolver el conflicto «sólo de acuerdo a las normas del Derecho Internacional, la integridad territorial de Azerbaiyán y las resoluciones correspondientes del Consejo de Seguridad de la ONU que exigen una retirada inmediata e incondicional de las Fuerzas Armadas armenias de los territorios ocupados».
Asimismo, ha denunciado que Bakú tuvo constancia de los «preparativos» de Ereván para «una nueva guerra» tras el discurso de Pahinian ante la Asamblea General de la ONU, cuando denunció los ataques de Azerbaiyán en la zona fronteriza y acusó a Turquía de estar interfiriendo en la situación.
Por otra parte, fuentes citadas por la agencia rusa de noticias TASS han indicado que el Consejo de Seguridad de la ONU está sopesando convocar este martes una reunión urgente a puerta cerrada para abordar la situación.
Sin embargo, la misión diplomática armenia ante la ONU ha manifestado en declaraciones a la agencia rusa de noticias Sputnik que no puede confirmar que se haya programado una reunión. «No hay confirmación de tal reunión», ha dicho.
Mientras, la Unión Europea ha señalado este lunes que mantiene «intensas gestiones diplomáticas» para lograr el cese de las acciones militares. En particular, Bruselas ha emplazado a Turquía, aliado de Azerbaiyán, a contribuir al cese de los ataques y a una solución pacífica del conflicto.
La Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OSCE) también se ha movilizado para intentar estabilizar la situación. En los esfuerzos está participando el enviado especial de la OSCE para el contencioso, Andrzej Kasprzyk, así como diplomáticos del llamado Grupo de Minsk que integran Francia, Rusia y Estados Unidos.
UN CONFLICTO RECURRENTE
Armenia y Azerbaiyán se disputan este territorio, de mayoría étnica armenia, desde principios del siglo pasado, pero fue tras la caída de la Unión Soviética cuando tuvo lugar una guerra entre ambos países entre 1991 y 1994.
Aproximadamente 30.000 personas murieron antes de que se decretara un alto el fuego en 1994, que desde entonces se ha roto de forma intermitente. Al término del conflicto, Armenia, que apoya el derecho a la autodeterminación de Nagorno Karabaj, se hizo con el control de la zona, ocupando algunos territorios de Azerbaiyán, que supedita cualquier cese de las hostilidades a la devolución de estas zonas.