Armengol dice que Baleares no puede arriesgarse a una desescalada rápida si quiere tener temporada turística

PALMA, 12

La presidenta del Govern balear, Francina Armengol, ha afirmado este viernes que Baleares no puede arriesgarse a una desescalada demasiado rápida si quiere evitar una cuarta ola y poder tener temporada turística «lo antes posible».

En una rueda de prensa tras la reunión extraordinaria del Consell de Govern en la que ha anunciado la remodelación del Ejecutivo autonómico, Armengol ha insistido en que la nueva desescalada será «prudente y pausada», a pesar de los datos favorables de descenso de la incidencia acumulada.

La líder del Ejecutivo ha resaltado el «descenso clarísimo» de la incidencia acumulada en el conjunto de Baleares, aunque con matices si atiende al caso particular de cada isla.

En este sentido, ha destacado que la situación de Ibiza es «la más complicada», con una incidencia acumulada a 14 días de 814 casos por cada 100.000 habitantes, lo que sitúa a la isla pitiusa en riesgo extremo.

En palabras de Armengol, en Formentera la bajada «es enorme» (214 casos por cada 100.000 habitantes) y Menorca muestra también un «claro descenso» (145 de incidencia acumulada). La presidenta ha subrayado que la IA en Mallorca ha descendido un 75 por ciento en un mes (141 casos por cada 100.000 habitantes).

La presidenta del Govern ha insistido en que la mejora de la incidencia es la prueba de que las medidas restrictivas funcionan por eso ha defendido que bares, restaurantes y gimnasios sigan cerrados.

Además, según ha apuntado, las medidas aprobadas este viernes se prolongarán hasta el 1 de enero, Día de Baleares y festivo autonómico, algo más de los 15 días habituales de vigencia.

Armengol ha admitido discrepancias respecto a la desescalada en el seno de la Mesa de Diálogo Social pero ha asegurado que todos los que la forman –agentes sociales, patronales y sindicatos– comparten el objetivo de «salvar vidas».

La presidenta ha reconocido, además, que la medida más dolorosa es el mantenimiento de la limitación de reuniones a los núcleos de convivencia porque afecta a la sensibilidad de las personas y a sus necesidades básicas de contacto pero ha recordado que es uno de los principales escenarios de riesgo.