Arce (BCE) dice que la política monetaria más dura «ha quedado atrás» y continuará una desinflación «errática»


Señala que la dificultad para contratar empleados puede limitar el crecimiento de la economía

El director general de Economía del Banco Central Europeo (BCE), Óscar Arce, considera que la política monetaria más dura «ha quedado atrás» y que se está produciendo un proceso de desinflación «muy marcado» que cree que va a continuar «en los próximos trimestres» aunque de forma «bastante errática», con subidas y bajadas de la inflación.

A raíz de la subida de los tipos de interés por parte del BCE los bancos «exigían mucho más» a la hora de dar préstamos y los costes de financiación aumentaron «muy rápido» en 2022 y 2023, pero «en los últimos trimestres estamos viendo que ese endurecimiento no va a más», y en el caso de los hogares las condiciones se han estado «relajando».

«Da la sensación de que el efecto contractivo de la política monetaria ya no es quizá tan intenso como lo fue hace unos meses», ha señalado Arce durante su participación este viernes en el curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander titulado Retos globales en un entorno de incertidumbre .

El director general de Economía de la entidad se ha referido al recorte de los tipos de interés en 25 puntos básicos que el BCE acordó en su reunión del pasado mes de junio y ha explicado que el pico del impacto negativo del endurecimiento de la economía «posiblemente tuvo lugar a finales del año pasado» o principios de éste, con lo que se prevé que el efecto contractivo de la política monetaria sea «cada vez más leve».

«Eso explicaría que contemos con esa política monetaria menos exigente como uno de los factores que deberían detraer menos crecimiento», ha añadido Arce, que vaticina que, si no se producen nuevas «perturbaciones» en el contexto internacional, la inflación de la zona euro alcanzaría el objetivo marcado por el BCE del 2% en la segunda mitad de 2025.

Precisamente, uno de los riesgos que más preocupa es que la economía mundial se debilite por asuntos geopolíticos, además de que cada vez se presta más atención a fenómenos climáticos extremos, «a día de hoy una amenaza de primer orden» que puede afectar al precio de los alimentos.

MÁS SUELDO Y MENOS INFLACIÓN, «MOTOR» DE LA RECUPERACIÓN

Por otro lado, el economista ha destacado que los salarios, que son unos de los principales determinantes de la inflación, «se están recuperando con fuerza» en la zona euro y «van a seguir creciendo durante un tiempo a tasas relativamente elevadas». «Esa combinación de salarios más altos e inflación más baja es lo que en principio debería ser el principal motor de la recuperación de la actividad a partir de este momento».

Y es que los trabajadores aspiran a recuperar el poder adquisitivo perdido estos años y de ahí que se estén negociando subidas de sueldos por encima del 4% y se esperan todavía «trimestres de crecimientos salariales importantes», lo que está provocando en paralelo una moderación de los beneficios empresariales tras haber aumentado «de manera muy significativa» en 2022 y 2023.

Arce ha puesto de relieve que el mercado de trabajo «lleva mucho tiempo sorprendiéndonos por su robustez» y por la tasa de desempleo a la baja pese a que la actividad ha sido «débil». En parte, ha señalado que se debe a que las empresas entienden que se trata de un «bache» y prefieren asumir el coste de mantener a sus empleados que despedirlos y cuando se recuperen volver a contratar, debido a la dificultad existente para «captar talento».

Precisamente, ha advertido que éste es «uno de los principales elementos que pueden limitar el crecimiento de nuestras economías en los próximos años», y también influye en el aumento de salarios.

No obstante, ha apuntado que se espera una cierta moderación salarial progresiva en los próximos años: «las empresas consideran que los salarios en 2024 posiblemente sean algo más bajos que en 2023 y que en 2025 sean más bajos que en 2024».

«CIERTA RECUPERACIÓN» DE LA PRODUCTIVIDAD

También se espera «cierta recuperación» de la productividad –lo que también ayudaría a «moderar» la inflación– tras una caída generalizada en la zona euro y «particularmente intensa» en España y Holanda.

«Estamos empleando mucha gente pero la productividad media está siendo relativamente modesta», ha subrayado.

Mientras, las perspectivas de inversión «no son nada positivas este año, en particular la inversión residencial está en números rojos y la empresarial está prácticamente con el encefalograma plano», aunque se espera un alza motivado por los fondos europeos.

Igualmente, tras un periodo «muy débil» en cuanto a demanda extranjera de bienes y servicios de la zona del euro se espera una recuperación, si bien «no va a ser bollante porque estamos enfrentando problemas de pérdida de competitividad» derivado del aumento de los costes energéticos, entre otros asuntos, ha matizado Arce.

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