Aoun se reúne con el primer ministro designado para abordar la formación del nuevo Gobierno de Líbano
MADRID, 27
El presidente de Líbano, Michel Aoun, ha mantenido este viernes una reunión con el primer ministro designado, Hasán Diab, para abordar la formación del nuevo Gobierno, en medio de la crisis política y económica en la que lleva sumido el país desde hace meses.
Según las informaciones recogidas por la agencia estatal libanesa, NNA, Diab ha abandonado el Palacio de Baabda sin hacer declaraciones a la prensa tras un encuentro que ha durado cerca de dos horas.
Fuentes citadas por la cadena de televisión local LBCI han señalado que durante el encuentro se han discutido asuntos relativos a la distribución de ministerios y otros obstáculos existentes en las negociaciones.
Asimismo, han resaltado que Diab quiere formar un Ejecutivo integrado por tecnócratas y que no tenga más de 18 carteras.
El propio Aoun había expresado a primera hora del día su deseo de que el nuevo gobierno pueda devolver la «prosperidad» al país y destacó que Líbano «atraviesa circunstancias muy difíciles» y «una crisis sin precedentes».
«Esperamos que la situación mejore de forma gradual», sostuvo, al tiempo que argumentó que «la crisis económica y financiera (…) data de hace 30 años y no es reciente», tal y como ha informado el portal local de noticias Naharnet.
En este sentido, Aoun argumentó que la situación «empezó cuando la economía se convirtió en una de turismo y servicios mientras la deuda se acumulaba sin ser pagada por el Estado, lo que provocó el enorme déficit existente a día de hoy».
Diab, un académico y exministro de Educación, fue nombrado el 19 de diciembre como primer ministro designado con el apoyo del partido-milicia chií Hezbolá y de sus fuerzas aliadas, sustituyendo así a Saad Hariri, quien estaba en funciones tras dimitir en octubre en respuesta a las movilizaciones antigubernamentales.
Las protestas en Líbano arrancaron a principios de octubre después de una caída de la moneda local por primera vez en las últimas dos décadas, pero el descontento se arrastraba desde julio, cuando el Parlamento aprobó un presupuesto de austeridad para hacer frente al déficit.