Ana Botín cumple esta semana una década como presidenta de Banco Santander


«De lo que más orgullosa estoy es haber conseguido los números, pero de la manera correcta»

Ana Botín cumplirá este martes una década al frente de Banco Santander como su presidenta ejecutiva, tras haber ocupado diferentes cargos de responsabilidad en los 25 años anteriores y sucediendo en el cargo a su padre, Emilio Botín, tras su fallecimiento inesperado.

La directiva ha destacado durante una entrevista que ha publicado la entidad este sábado que el primer «gran salto internacional» del banco lo hizo su abuelo, que fue presidente entre 1950 y 1986. «En esa época, en los cincuenta y los sesenta, hubo una gran expansión, pero también se consolidó esa expansión que fue no solo nacional, sino también internacional», ha explicado Botín.

«En la época de mi padre fue más expansión, incluso más rápida. Nos convertimos en el primer banco de la eurozona, en el primer banco de España, hicimos muchísimas compras», ha rememorado.

En 2014, Banco Santander registró unos beneficios de 5.816 millones de euros, mientras que la previsión para este año es de superar los 12.000 millones de euros. Además, el banco ha pasado de tener unos 60 millones de clientes a superar los 168 millones.

La evolución de la acción en esta década ha registrado un descenso del entorno del 10%, teniendo en cuenta los repartos de dividendos que ha ido realizando el banco. Durante estos primeros 10 años de Ana Botín al frente del banco también se produjo una época de ocho años en los cuales los tipos de interés del Banco Central Europeo se situaron en territorio negativo, afectando al negocio bancario.

Antes de asumir ninguna función en Banco Santander, la presidenta de la entidad trabajó durante ocho años (1980-1988) para JP Morgan en Nueva York. Posteriormente, en 1989 se uniría al consejo.

En 1992 pasó a ser directora general y los seis años siguientes lideró la expansión por Latinoamérica. Con posterioridad a la adquisición de Banesto, Botín llegó a ser presidenta ejecutiva de dicha entidad.

Ana Botín siguió sumando experiencia en el banco, siendo consejera delegada de Santander UK entre 2010 y 2014, tras lo cual asumió la presidencia del banco.

Botín forma parte del consejo de administración de The Coca-Cola Company y es presidenta del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés).

HA MEJORADO LAS MÉTRICAS DE LA ENTIDAD

La década de Botín frente a Santander también se puede apreciar en las métricas de calidad crediticia del banco. En 2014, el banco cerró el año con un retorno sobre capital (RoE, por sus siglas en inglés) del 7%, frente al 12,6% actual. Asimismo, la ratio de capital CET1 era del 9,7%, en comparación con el 12,5%.

Además, a pesar del aumento del número de acciones en circulación, afectada entre otras cosas por la adquisición de Banco Popular tras su liquidación, el banco cuenta hoy con 286.000 accionistas más (hasta 3,5 millones), así como unos 24.000 empelados más, para un total de casi 210.000 personas. El número de oficinas se ha reducido en algo más de un tercio, hasta 8.285 sucursales.

«De lo que más orgullosa estoy es haber conseguido los números. Pero yo siempre digo de la manera correcta», ha indicado Botín durante la entrevista publicada por el banco.

«Cuando me preguntan qué es lo más difícil de mi puesto, al final es encontrar un equilibrio entre entregar hoy –hacer números, crecer en beneficio, crecer en clientes–, pero también asegurar que lo hacemos de manera sostenible», ha apostillado

EVOLUCIÓN DEL NEGOCIO Y LA GESTIÓN

En su primera etapa como presidenta, decide nombrar consejero delegado a José Antonio Álvarez y crear el consejo de Santander España. Asimismo se cambian los responsables en todos los mercados importantes y se nombran nuevos presidentes en las filiales del grupo.

Pasados esos dos primeros años de inicio de su mandato, Botín impulsó el plan estratégico que Santander desarrolló entre 2016 y 2018, con el objetivo de acumular capital hasta alcanzar un 11% de CET1. En lo relativo al negocio, el banco se marca como objetivo estar entre los tres primeros puestos de satisfacción de cliente en todos los mercados.

Durante este periodo, además, el banco tiene que gestionar la crisis derivada de la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea (Brexit). Asimismo, también ahonda en su proceso de digitalización con el relanzamiento de Openbank.

Asimismo, durante 2017 tiene lugar el rescate de Banco Popular mediante su adquisición por Banco Santander tras determinar las autoridades europeas su inviabilidad y que tenía que ser resuelto. Como parte de la operación, Santander tuvo que realizar una ampliación de capital de 7.000 millones que cubriría el capital y las provisiones requeridas para reforzar el balance de Banco Popular. Previamente, el Santander había comprado el Banif en Portugal (2015) y la filial de Citi en Argentina (2016).

Posteriormente, el mandato de Botín también estuvo atravesado por la pandemia del Covid-19. Durante la crisis, el banco ayudó en España a 250.000 clientes a través de las líneas ICO, con financiación por 32.800 millones de euros. Durante este periodo, además, el Banco Central Europeo (BCE) prohibió que los bancos europeos repartieran dividendos ante los riesgos financieros de la pandemia.

TRANSFORMACIÓN OPERATIVA

La transformación operativa del grupo se culminó el pasado mes de septiembre, cuando el banco anunció que comenzaría a estructurar su negocio en torno a cinco negocios globales: Banca Minorista, Digital Consumer Bank, Pagos, Banca Corporativa y de Inversión y Gestión de Patrimonios y Seguros.

De cara al futuro, Botín afrontará como presidenta el lanzamiento de Openbank en Estados Unidos y México. «El banco digital nos va a permitir tener un crecimiento mucho más rápido en el mercado americano. Y esto es algo que realmente es diferencial y que ya hemos demostrado que somos rentables», ha explicado Botín en la entrevista publicada el sábado.

Al cierre de 2013, España sólo aportaba un 7% de los beneficios del grupo, frente al 23% de Brasil o el 17% de Reino Unido. El Brexit y la rebaja de tipos en la eurozona convirtió a los países de Latinoamérica en el principal motor del grupo, mientras que ahora, con un cambio de ciclo de política monetaria, el Viejo Continente vuelve a ser el gran generador de ingresos y beneficios de Santander.

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