(Ampl.) El Banco de Españ a tuvo que recordar «constantemente» a las cajas que no tení an á nimo de lucro

El exjefe de Supervisión Villasante dice que la regulación no permitía sancionar, aunque les «hubiera gustado» hacerlo ante malas prácticas

El que fuera director general de Supervisión del Banco de España entre los años 2000 y 2006, Pedro Pablo Villasante, ha asegurado que, durante el período en el que estuvo como directivo en este órgano tuvieron que recordar «constantemente» a las cajas de ahorro que en su naturaleza jurídico no estaba la de generar beneficios.

«Recordábamos constantemente su naturaleza especial, su no ánimo de lucro. Eran entidades muy especiales, con una naturaleza jurídica muy especial», ha manifestado durante su comparecencia ante la comisión de investigación del Congreso de la crisis financiera, la quiebra de las cajas de ahorro y el rescate bancario.

Así, ha asegurado que en la institución recibieron «quejas» de las cajas de ahorro porque no se les autorizaba la compra de entidades extranjeras, e incluso se les planteaban «restricciones» para operaciones dentro del territorio nacional, debido a su propia naturaleza.

«NOS GUSTASE O NO, SOLO HABÍA RECOMENDACIONES»

Sin embargo, el Banco de España no sólo tuvo que advertir a determinadas cajas sobre las operaciones a las que estaban autorizadas, sino también en la forma de proceder a la hora de conceder créditos, «pensando que la garantía era suficiente». «El Banco de España le tuvo que recordar que no solo era eso», ha apostillado.

«Cuando veíamos créditos mal concedidos, mal provisionados, había incumplimiento y había sanciones. Pero por mayor exposición, nos gustase o no, lo que había era recomendaciones», ha dicho, aunque, ha añadido que les «hubiera gustado» poder haber tenido esas facultades de sanción.

LA REGULACIÓN NO PERMITÍA LIMITAR LOS RIESGOS, ADUCE

Así, en otro momento ha señalado que «no había regulación para limitar los riesgos», y que se limitaron a hacer «recomendaciones». «No podíamos prohibir. Estábamos en Basilea I. Hay requerimientos de capital que hay que cumplir, pero no guías obligatorias», ha aseverado.

«En Estado garantista no se puede sancionar a nadie que no ha incumplido una norma», ha dicho, aludiendo a que, según la normativa vigente entonces, no podía sancionar a pesar de que pudieran considerar elevados los riesgos.

«No se pueden prohibir los riesgos. Se puede decir Tome las medidas adecuadas, provisione adecuadamente… «, ha añadido, sosteniendo que sí «había política de restricción de dividendos», y que esa es la razón por la que «había tanto capital», e incluso un «exceso de capitalización».

EL PAPEL DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS

Por otro lado, ha señalado que la supervisión de las cajas de ahorro correspondía a las comunidades autónomas, atribuida a través de sus estatutos de autonomía, y que tenían potestad para decidir y autorizar cuestiones como las fusiones.

Precisamente, a esta circunstancia atribuye, al menos en parte, la decisión de reestructurar las cajas de ahorro a través de fusiones frías o SIP –Sistema Institucional de Protección–, ya que estas operaciones no podían hacerse sin la autorización de las comunidades autónomas.

Así, durante su intervención ha recordado que estas administraciones tenían capacidad de sanción sobre la gobernanza –«no ponían precisamente a los mejores (gestores), como después se demostró», ha dicho–, la transparencia o la obra social de estas entidades, e incluso sobre inversiones sobre bienes e inmuebles, las cuotas participativas o la inversión crediticia.

Villasante ha apuntado también a «limitaciones» que, por su propia naturaleza, tenían las cajas de ahorro, como a la hora de reponer recursos propios por no estar capitalizadas, que al no estar sometidas al examen de los mercados no se podía «valorar» su actividad «de forma continuada», y que la ausencia de votos de accionistas les despojaba del «efecto corrector de voto» para cuestiones como la sustitución de los gestores.

En todo caso, ha señalado que hubo cajas «muy bien gestionadas», y ha puesto como ejemplo que aún hoy hay cajas que siguen operando y «compitiendo» en el mercado financiero.

MÁS EXPUESTAS AL CRÉDITO INMOBILIARIO

Durante su intervención, Villasante ha señalado también que, por sus características, las cajas de ahorro también estaban más expuestas al sector inmobiliario y a sectores más vulnerables y afectados durante la crisis económica.

«Los bancos estaban más desarrollados financieramente. Las cajas estaban en la financiación a hogares y pymes, pensando que la garantía era suficiente», ha dicho.

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