(AMP) Alfonso Guerra cuestiona la amnistía: «No tiene precedentes que la redacten los propios delincuentes»
Ve «inquietante» el camino de la política española y carga contra la «tibia» respuesta ante la «ruptura del orden constitucional»
LUGO, 26
El histórico socialista Alfonso Guerra, vicepresidente del Gobierno en la etapa de Felipe González, ha defendido este viernes el espíritu de concordia de la Transición que llevó a la redacción de una Constitución «fuerte» y ha calificado de «inquietante» el «camino» actual de la política española y las cesiones frente al independentismo catalán, del que ha dicho que, más allá de la pertinencia de una Ley de Amnistía, lo que «no tiene precedentes» es que una norma así «la redacten los propios delincuentes».
Guerra ha participado en un coloquio organizado por la Fundación Sargadelos en Ribadeo, donde, ante un auditorio repleto de público, ha dicho que sí es partidario de introducir cambios en la actual Constitución, siempre y cuando sea respetando el texto y el espíritu de la Transición.
«Si los cambios se hacen con la idea de destrozar el texto, como algunos quieren, entonces no soy partidario», ha dicho Alfonso Guerra, para quien el «ambiente que hay hoy en el Parlamento español» no permite «pensar en un gran cambio» constitucional.
En cuanto a la actualidad política nacional, Guerra ha asegurado que la Ley de Amnistía «no es el tema jurídico que más le preocupa», si no la justicia en sí misma. «Me preocupa más si lo merecen, si es justo, los que dicen todos los días que lo van a repetir, los que dieron un golpe de Estado, una sedición, una rebelión», ha dicho. «Y, sobre todo, el hecho de que la redacten los propios delincuentes, eso no tiene precedentes», ha añadido.
Para Alfonso Guerra, la calidad de la democracia española «ha descendido varios peldaños» hasta un nivel en el que «los argumentos se sustituyen por eslóganes», y ha animado a PP y PSOE a preguntarse por qué «les resulta más fácil» pactar «con extremistas» que entre ellos. «Es necesario mostrar la vigencia del espíritu de consenso de la Transición», ha apostillado.
RESPUESTA TIBIA
Durante su intervención, Alfonso Guerra ha recordado que las actitudes contrarias a la Constitución en España «no son una novedad», pero si lo es «la reacción al menos tibia de algunos políticos, algunas autoridades y algunos opinantes en los medios de comunicación» frente a ellas.
El histórico socialista ha recordado que la Carta Magna tuvo que afrontar solo tres años después de su aprobación un golpe de Estado, así como los «embates del terrorismo». «El último atentado contra la Constitución ha sido perpetrado por el nacionalismo independentista en Cataluña», ha detallado.
Sin embargo, ha llamado la atención sobre el hecho de que, mientras la reacción contra los golpistas de Tejero o contra el terrorismo «fue siempre de rechazo unánime» a nivel social, la «violenta ruptura del orden constitucional» causada por el independentismo tiene «una respuesta escasamente constitucional, carente de las exigencias de los principios democráticos».
DESAPARICIÓN DEL ESTADO
Para Alfonso Guerra, cuya «convicción» es que «algunos quieren derribar» la Constitución, este hecho «podría derivar en la desaparición del Estado y en la vuelta al cainismo histórico».
Por ello, ha cargado contra los políticos que «pretenden gobernar España pero que no pueden utilizar su nombre» y contra un sistema en el que los partidos «tienen que ganar al bloque enemigo» y ha recordado que «si la ley no ampara» una posición, ésta «no es válida, aunque sea mayoritaria». «Solo una mentalidad totalitaria puede sostener que lo que establece la mayoría sea prevalente sobre la ley», ha resumido.
El socialista ha tildado de «inquietante» el «camino que está tomando la política en España», gobernada «por un equipo ministerial enfervorecido por los cambios», y ha dicho que la «decepción que muchos han tenido» ante los pactos con Bildu y «la cesión permanente a los condenados por malversación y sedición» ha generado «un malestar inmenso en los que viven el progresismo, la izquierda y el socialismo». «El socialismo en el que yo creo», ha añadido.