Amor (ATA) dice que siete de cada diez autónomos no se recuperarán hasta 2023 y pide no poner «zancadillas»
VALLADOLID, 9
El presidente de ATA, Lorenzo Amor, ha avisado de que siete de cada diez autónomos no llegarán a recuperarse hasta «bien entrado» el año 2023 y ha pedido que no se pongan «zancadillas» a empresas y autónomos porque las «heridas» volverán a abrirse, dejarán de cicatrizar y se van a «desangrar».
Amor se ha expresado así en Valladolid, donde ha mantenido un encuentro con CEOE para analizar la situación de los autónomos de la provincia.
El presidente de ATA ha aclarado que ni están «tan bien» como algunos quieren contarlo ni hay una recuperación tan elevada como otros dicen, pero tampoco están «tan mal» como quieren «venderlo» otros.
Lorenzo Amor ha aclarado que están mejor que hace un año, pero los empresarios están «cerrando heridas» y están cicatrizando después de que en mayo de 2020 cayeran «a plomo» desde un duodécimo piso hasta la planta «menos tres» y, aunque se ha empezado a ver «un poquito más de alegría», aún van por el «segundo piso».
«Todavía nos quedan diez plantas», ha advertido el presidente de ATA, quien ha pedido que no se pongan «zancadillas» porque de lo contrario, las heridas volverían a abrirse y se «desangrarían», tras lo que ha explicado que utiliza esta metáfora porque, si bien están «mejor» que el año pasado, la caída de muchas actividades «es tremenda».
A este respecto, ha señalado que la mayoría de los autónomos y de la pequeña empresa, con lo que venden, no cubre ni los costes ni lo que tienen pendiente de pagar todavía aplazado de los dos años vividos de pandemia.
RECUPERACIÓN EN 2023
Amor considera que esto es «muy grave» porque se está «vendiendo» una recuperación sólida y consolidada cuando para siete de cada diez autónomos no va a llegar su recuperación «hasta bien entrado 2023», entre otras cosas por el coste de la luz, que actualmente es un 400% más cara y llenar el depósito de carburante supone a un autónomo en torno al 35% más que el año pasado.
Además, ha apuntado que la materia prima y los componentes se han «disparado», en muchos casos falta, pero también se han elevado los costes laborales, al igual que la fiscalidad y a corto plazo se habla de subir cotizaciones sociales.
Así, al igual que ha dicho en otras ocasiones, «la vaca no da más leche» y ha pedido que «dejen todos de ordeñar» con más impuestos, cotizaciones y trabas.
En esta línea, ha advertido de que es un momento «complicado» en el que se habla de reforma laboral, de un impuesto de «diseño» pero no oye hablar de reducir impuestos, cotizaciones, trabas administrativas o reducir el gasto en la Administración, de lo que ha puesto como ejemplo al Gobierno alemán, un tripartito que tendrá 16 ministerios.
«Yo creo que a veces a la ciudadanía hay que darle ejemplo», ha agregado Amor, quien ha advertido de que la OCDE ya ha dado un «tirón de orejas» y ha dicho que el mecanismo de equidad intergeneracional no va a servir para cubrir el déficit de la Seguridad Social, algo que tanto CEOE como ATA ya habían dicho.
Así, considera que es «malo para todos» porque se tiene un problema que hay que atajar y hacerlo desde el ámbito político porque la cuestión no son las pensiones de hoy exclusivamente, sino las del mañana, y el problema de los jóvenes que van a tener que seguir cotizando.
REFORMA LABORAL
Lorenzo Amor se ha mostrado preocupado por las reformas que se plantean en torno a la normativa laboral, cuando el empleo va «mejor» que la economía, con datos positivos, aunque con un tirón importante del empleo público.
Sin embargo, ha incidido en que hay que tener en cuenta de dónde se viene y cómo está la economía, porque ha advertido del peligro que supone establecer rigideces o eliminar flexibilidad en el ámbito de la normativa laboral.
El presidente de ATA ha señalado el compromiso con lo que demanda Europa y la necesidad de reducir temporalidad para llegar a la media europea, pero cree que también es «indudable» que la economía española depende del sector servicios, donde se concentra gran parte de esos contratos temporales.
«Por cierto, cuando hablemos de temporalidad, a los primeros que se les tiene que caer un poco la cara de vergüenza es a la Administración Pública», ha aseverado Amor, quien ha señalado que mientras la temporalidad en el sector privado se sitúa en el 23%, en el público está en el 32% y, en lugares como País Vasco, la tasa de temporalidad asciende en el sector público al 42%.
Además, considera que tampoco se puede hablar de temporalidad como sinónimo de precariedad porque eso es no conocer una empresa ni la realidad, ya que si en un bar se contrata con el puente a un extra porque hay movimiento, éste ha cobrado según el convenio, por lo que no habría precariedad.
Aún así, ha reconocido que hay que trabajar todos para que cada día los contratos fijos puedan ser mayores, pero ha apuntado que en el mes de noviembre la tasa de contratos fijos ha llegado al 14% del total, una cifra que no se conocía en España desde 2007, por lo que algo se estará «haciendo bien».
Aún así, ha pedido que a veces «se pise la calle» porque las cosas no son como se dicen «y la economía real va por un lado y la política por otro».
MANTENER LA FLEXIBILIDAD
En cuanto a la reforma laboral, Amor ha aclarado que no sabe si va a perjudicar a los autónomos, entre otras cosas porque no saben cómo va, pero sí ha analizado la actual normativa y se partía de una tasa de temporalidad en 2007 de un 32% y con la reforma laboral de 2012 está en el 24%, al tiempo que ha permitido crear entre 2012 y 2018 tres millones de empleos.
No obstante, reconoce que hay que corregir la temporalidad o el desempleo juvenil, por lo que estarían de acuerdo en mejorar la normativa en todo lo que cubra esas deficiencias.
Para ello, ha apelado a trabajar y dialogar, pero ha insistido en que con la normativa laboral de 2012 a los autónomos les ha ido bien, tras lo que ha señalado que «uno se cansa un poco de escuchar» que hay más temporalidad que en 2012, algo que «no es verdad», ha bajado y se encuentra en el ámbito de la Administración Pública, algo que recogen los datos del Ministerio de Trabajo o la EPA.