Amnistía denuncia el incumplimiento del embargo de armas por distintos grupos en Sudán del Sur

Reclama que la medida, en vigor desde julio de 2018, sea renovada por el Consejo de Seguridad de la ONU

Amnistía Internacional ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que renueve el embargo de armas que pesa sobre Sudán del Sur tras constatar que numerosas fuerzas de seguridad, incluidos los grupos armados rebeldes que ahora forman parte del Gobierno, lo han seguido violando.

«La Unión Africana ha bautizado 2020 como el año para silenciar las armas en el continente, lo cual, como han dicho, incluye adoptar medidas para evitar las violaciones de los embargos de armas de la ONU», ha sostenido el director para África Oriental y del Sur de la ONG, Deprose Muchena.

«Renovar el embargo de armas sobre Sudán del Sur es una parte crucial de este esfuerzo», ha defendido, en relación a la decisión que el Consejo de Seguridad de la ONU debe tomar antes del 31 de mayo, cuando expira el actual embargo. Según Muchena, en este país «se han estado usando armas para cometer horribles violaciones de los Derechos Humanos y crímenes de guerra durante todo el conflicto».

Aunque el embargo en vigor «no ha sido una panacea», ha reconocido el responsable de Amnistía, «casi con total seguridad la situación empeoraría si no estuviera en vigor».

Así, ha subrayado que «el alto el fuego sigue siendo roto esporádicamente, la aplicación de las disposiciones clave de seguridad gobernanza y rendición de cuentas están siendo persistentemente demoradas y Sudán del Sur –inundado con armas ligeras– también se enfrenta a la crisis de salud pública que plantea la Covid-19». «Ahora no es el momento de permitir que fluyan incluso más armas a esta mezcla volátil», ha defendido.

Sudán del Sur cuenta desde el pasado 22 de febrero con un gobierno de unidad resultado del acuerdo de paz firmado entre el Gobierno del presidente, Salva Kiir, con buena parte de los grupos rebeldes, entre ellos el liderado por Riek Machar, en septiembre de 2018. No obstante, algunos de los puntos contemplados por el acuerdo, como la reunificación de fuerzas en un único ejército, van con retraso.

Investigadores de Amnistía han visitado este año doce puntos de acuartelamiento y entrenamiento militar en todo el país gestionados por fuerzas antiguamente enfrentadas como las Fuerzas de Defensa del Pueblo de Sudán del Sur (SSPDF), el Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán- En Oposición (SPLA-IO, que lidera Machar) y la Alianza de Oposición de Sudán del Sur (SSOA), así como de fuerzas gubernamentales.

La ONG descubrió evidencias de nuevas importaciones de armas ligeras y munición, ocultación ilícita de armamento y desvío de vehículos blindados para usos militares no aprobados en virtud de las licencias de venta de armas. Según Amnistía, tanto las fuerzas gubernamentales como los antiguos rebeldes «engañaron activamente» a los observadores apoyados por la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD), que ha ejercido de mediadora en el conflicto, ocultando armas.

ARMAS PROCEDENTES DE EUROPA DEL ESTE

Buena parte de los cientos de fusiles y armas que los investigadores de Amnistía observaron en manos de los combatientes fueron adquiridas antes del embargo de armas impuesto en julio de 2018. Sin embargo, varios guardaespaldas de destacados generales de los distintos grupos portaban modelos de armas de Europa del este nunca documentados en el país lo que induce a pensar que «fueron introducidas en violación del embargo» en el país.

Por otra parte, fuentes consultadas por la ONG han contado que cuando se impuso el embargo, la flota de helicópteros de ataque Mi-20 del Gobierno sursudanés no funcionaba y estaba en tierra, pero desde entonces a adquirido algunas piezas para arreglar los aparatos, contraviniendo la prohibición. Algunos de estos helicópteros han realizado incluso vuelos, según las imágenes vía satélite consultadas por la organización.

Asimismo, durante sus misiones, los investigadores de Amnistía también vieron a niños soldados en al menos dos puntos de acuartelamiento y entrenamiento, tanto en las filas gubernamentales como opositoras.

Aunque el Gobierno ha firmado un plan de acción con la ONU para evitar graves violaciones contra los niños al que se han sumado SPLA-IO y SSOA, y 15 menores vinculados con grupos armados fueron liberados finales de diciembre, «hace falta hacer más para poner fin a las violaciones contra los niños afectados por el conflicto y que los responsables rindan cuentas», ha reclamado la ONG.

«Hasta que las fuerzas en Sudán del Sur dejen de ocultar ilegalmente armas y usen las que tienen con responsabilidad, el embargo de armas debe mantenerse», ha insistido Muchena. «La situación de seguridad en Sudán del Sur es demasiado frágil mientras que las normas básicas internacionales, como la prohibición de reclutar y usar a niños soldados, siguen violándose», ha denunciado.

El responsable de Amnistía para la región ha sostenido que «Sudán del Sur debe afrontar seriamente estos problemas y el Consejo de Seguridad de la ONU debe renovar el embargo de armas para frenar el flujo de armamento hacia el país».