Amnistía critica la falta de avances en la investigación por el asesinato de la activista Marielle Franco
Un año y medio después de que la activista brasileña Marielle Franco y su conductor, Anderson Gomes, fuesen asesinados en una favela de Río de Janeiro, las autoridades no han realizado «ningún progreso digno de mención» para identificar a las personas que ordenaron este crimen y los motivos que hay detrás, ha denunciado Amnistía Internacional.
Dos hombres han sido detenidos por su presunta participación directa en el crimen perpetrado el 14 de marzo de 2018, un «paso importante» pero insuficiente, en opinión de Amnistía, que ha recordado en un comunicado que «quienes instigaron y organizaron el crimen no han sido identificados» a pesar de las promesas específicas de las autoridades.
La ONG ha enviado sendas cartas al gobernador del estado de Río de Janeiro, Wilson Witzel, y al fiscal general, José Eduardo Gussem, para que redoblen esfuerzos y resuelvan las preguntas que siguen pendientes, como por ejemplo, «las conclusiones de las investigaciones llevadas a cabo por la Policía Federal, el camino que siguió el automóvil que se utilizó en el crimen y, en particular: ¿quién mandó matar a Marielle, y por qué?».
La directora ejecutiva de Amnistía en Brasil, Jurema Werneck, ha recordado que el 13 de marzo, durante una reunión, el gobernador prometió «invertir energía y recursos para resolver los asesinatos de Marielle Franco y Anderson Gomes». «El fiscal general del estado contrajo el mismo compromiso, pero no parece que se haya hecho mucho desde entonces», ha lamentado.
Werneck ha advertido de que esta falta de avances «pone en entredicho el compromiso adquirido por las autoridades de actuar con rapidez», por lo que ha avisado de que la ONG no descansará «hasta que se sepa la verdad» y todos los responsables del doble asesinato rindan cuentas ante la Justicia. También ha reclamado «protección y apoyo psicológico a las familias de Marielle y Anderson».
«No debemos olvidar nunca que Brasil sigue siendo uno de los países más peligrosos del mundo para los defensores y defensoras de los Derechos Humanos», ha añadido Werneck, que ha instado a hacer de este caso un símbolo de la lucha contra la impunidad en el país sudamericano.
El Estado, ha agregado, «podría demostrar que no tolerará ningún ataque contra defensores y defensoras de los Derechos Humanos». «Las autoridades deben enviar un mensaje claro de que garantizarán la protección de todas las personas que luchan por aquello en lo que creen: la garantía de los Derechos Humanos para todas y todos», ha apostillado.