(AM)Funcas eleva su previsión para el PIB en 2024 al 1,8%, pero alerta sobre la dificultad para bajar la deuda
Estima que el déficit bajaría al 3,2% en 2024 y al 3% en 2025, pero avisa de que la deuda será muy difícil reducirla por debajo del 105%
La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) estima un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español del 1,8% este año 2024, tres décimas más respecto a sus anteriores previsiones, y proyecta un impulso de la economía en 2025 del 2%.
El director general de Funcas, Carlos Ocaña, ha reconocido en rueda de prensa para presentar las previsiones de primavera de la Fundación que, pese a este escenario relativamente cómodo en el corto plazo, uno de los puntos que más preocupa es la débil evolución de la inversión.
De hecho, ha advertido de que si ese déficit inversor no se corrige, se verá afectado el crecimiento a medio y largo plazo y resultará mucho más complicado abordar el equilibrio fiscal requerido por Bruselas.
Además, el director de Coyuntura y Economía Internacional de Funcas, Raymond Torres, ha señalado que hay dos factores que les lleva a considerar que se podría producir una cierta desaceleración este año con respecto al año pasado.
El más potente, según Torres, es la política fiscal. «En una situación de prórroga presupuestaria, muchas de las partidas de gasto se congelan», ha explicado. Otro de los factores es la reversión de las medidas del paquete de antiinflación, que detraerá la renta disponible para los hogares e incrementará puntualmente los precios al consumo.
CRECIMIENTO DEL 0,6% EN EL PRIMER TRIMESTRE
Pese a todo esto, la Fundación señala que los datos disponibles relativos al primer trimestre de este año siguen mostrando la resiliencia de la economía española. Así, estiman un crecimiento intertrimestral del PIB del 0,6% en el primer trimestre, es decir, de la misma magnitud que el avance del cuarto trimestre de 2023.
La demanda nacional aportará los 1,8 puntos al PIB en el conjunto de 2024, con una contribución del consumo público de apenas cuatro décimas, la mitad que en 2023. La aportación del sector exterior será nula, frente a las ocho décimas que sumó el año pasado.
El impulso, por tanto, procederá del consumo privado y del ligero repunte previsto de la inversión, lo que explica la revisión al alza de la previsión de crecimiento (tres décimas más que en enero).
Desde la Fundación señalan que la prórroga presupuestaria hace necesario el recurso acelerado a los fondos europeos, que no están sujetos a las normas de congelación del gasto, de modo que el impulso del programa Next Generation podría ser algo mayor que en 2023.
Además, los expertos señalan que el consumo privado se sostendrá gracias a los ingresos aportados por la creación de empleo y al desembolso de una parte del ahorro acumulado el año pasado como consecuencia de la desinflación. Funcas prevé que parte de ese exceso de liquidez desaparezca este año por lo que la tasa de ahorro bajaría al 10,3%, todavía por encima de la media histórica.
INFLACIÓN DEL 3,2% ESTE AÑO Y DEL 2,3% EL PRÓXIMO
En cuanto a la inflación, Funcas estima que el indicador pasaría del 3,5% en media anual el año pasado en términos de IPC al 3,2% este año, fundamentalmente por los ajustes del IVA. Para el año que viene, la Fundación cree que España se acercará al objetivo del BCE, con una tasa de en torno al 2,3%.
El ciclo de creación de empleo proseguirá y permitirá que la tasa de paro baje al 11,2% a finales de 2024, nivel todavía muy elevado en comparación europea. En 2025 la tasa de paro caería hasta el 10,3% a final de año.
En el plano fiscal, las estimaciones de Funcas apuntan a que el déficit bajaría hasta el 3,2% en 2024 y hasta el 3% el año que viene, pero ha alertado de que la deuda pública será muy difícil reducirla por debajo del 105% a finales del periodo del horizonte de previsión.
«Ahí tenemos todavía un reto muy importante, que es el reto de reducir la deuda pública. No es un reto a muy corto plazo, pero sí que a medio plazo es un reto para nosotros», ha reiterado Torres.
Para los países como España con un endeudamiento superior al 90%, la normativa europea exige un descenso de la ratio de deuda pública sobre PIB de al menos un punto porcentual cada año.
Otra condición es que el déficit descienda al menos 0,25% puntos cada año hasta alcanzar el 1,5% del PIB. Con un esfuerzo de inversión incrementado, la doble norma de déficit y deuda se cumpliría con ajustes graduales. Sin embargo, en un escenario de persistencia de la actual debilidad de la inversión, el criterio de deuda exigiría un ajuste fiscal abrupto a partir de 2026.