Investigadores de Microsoft presentan indicios de la hipótesis del valle inquietante en el sentido del tacto

Un grupo de investigadores de Microsoft ha presentado una nueva teoría sobre la interacción con el sentido del tacto que identifica un valle inquietante (cuando el aumento de realismo en la apariencia humana de un robot puede llevar a una sensación de malestar o, incluso, de repulsión), en la que sugieren que, cuando los estímulos del tacto no están sincronizados con el resto de la percepción sensorial, la experiencia se ve alterada.

En un artículo publicado en la revista Science Robotics , los investigadores Mar Gonzalez Franco, Eyal Ofek, Ken Hinckley y Christopher Berger, investigador visitante del California Institute of Technology, aseguran que esta investigación «creará una nueva tendencia de pensamiento entre los diseñadores de interacciones y dispositivos táctiles».

Los científicos eligieron la realidad virtual (RV) como banco de pruebas, ya que es «una gran herramienta para revelar fenómenos extraños en nuestra percepción sensorial cotidiana». «Podemos utilizar la RV para producir una sensación de tacto que aparenta originarse en un espacio completamente vacío entre las manos mientras se sostienen dos mandos», explican.

Cada mando proporciona al usuario estímulos vibro-táctiles sincronizados de diferentes amplitudes. En el entorno virtual le mostraron al participante un listón de madera imaginario que agarra con cada mano. Luego le enseñaron una pequeña canica blanca que parece golpear el listón en diferentes lugares a medida que varían las sensaciones vibratorias.

«Lo que es interesante es que no sólo el listón es imaginario , sino también que la aparente ubicación espacial de la sensación táctil de la canica persiste incluso si la canica deja de ser visible. Esto se debe a que el cerebro sigue la regla de unidad por la cual dos eventos sincronizados, que están conectados en el tiempo, también deben estar conectados en el espacio, por lo tanto tienen la misma causa y origen», exponen los investigadores, puntualizando que, en este caso, las dos vibraciones que se sienten en las manos se perciben «como el resultado de un solo toque que procede de la misma ubicación a lo largo del listón virtual, sin importar si la canica es visible o no».

En entornos virtuales, la generación de sensaciones hápticas de alta precisión de este tipo lleva asociadas la suposición de que tales mejoras siempre producirán una experiencia más realista e inmersiva.

Sin embargo, esta investigación ha descubierto que añadir el toque espacial por sí solo, sin la equivalencia visual de la canica, puede reducir en gran medida el realismo percibido y la inmersión en el entorno virtual. Todo ello, a pesar de que los participantes en el experimento fueron capaces de precisar la ubicación de la sensación táctil de forma correcta, tanto cuando la canica era visible como cuando dejaba de serlo.

En definitiva, los investigadores han demostrado que, al reequilibrar el reflejo de la experiencia sensorial, concretamente al aumentar la calidad visual para proporcionar una fuente plausible de la experiencia háptica, se vuelve a lograr una sensación más completa de inmersión y una mejora de la experiencia subjetiva general.

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