Almunia cree que la mejor manera de aumentar el tamaño de empresas es completar el mercado interior europeo
Defiende una política de competencia que «entienda» los cambios y «no se utilice para hacer algunos objetivos europeos imposibles»
BILBAO, 17
El excomisario europeo de Competencia Joaquín Almunia ha afirmado que aumentar el tamaño de las empresas europeas es «una necesidad evidente», pero no ve «mejor fórmula» para incentivarlo que «completar el mercado interior» en la UE.
Tras asegurar que tiene «mucha prevención» ante la posibilidad de que se «toque» el control de fusiones y adquisiciones, ha apostado por una política de competencia «independiente» que «entienda» los cambios que precisa la economía y que no se «utilice para hacer algunos de los grandes objetivos europeos imposibles».
Almunia ha ofrecido este jueves una ponencia sobre Desafíos de la UE y su política de competencia en el marco de las XV Jornadas Nacionales de Defensa de la Competencia, que se están celebrando en Bilbao y que reúnen a autoridades de competencia de todas las comunidades autónomas, junto a expertos de distintos sectores.
El que fuera comisario de Competencia entre los años 2010 y 2014 ha abordado los retos de la política de competencia de la UE para «responder a los desafíos» en el nuevo ciclo que se inicia, una vez los nuevos comisarios «superen el examen individual» en el Parlamento y reciban «el voto positivo como equipo».
Almunia ha considerado que la UE está «en parte» preparada para responder a los cambios que se están produciendo pero también «en parte hay que organizarse para estar a la altura de las respuestas que exigen».
Así, ha repasado los desafíos que plantean la situación geopolítica «muy tensa», los cambios tecnológicos «rapidísimos», demográficos y climáticos, las desigualdades y «los problemas en las democracias fuera pero también dentro de la UE» ya que, según ha opinado, hay «países que no podrían ingresar desde el punto de vista democrático» en la Unión Europea como «el caso evidente» de Hungría.
Ante esta situación, ha explicado, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, «la única que tiene su mandato confirmado por el Parlamento», tiene «tres grandes prioridades»: sostenibilidad, seguridad y competitividad.
En relación a este último aspecto, ha recordado que el llamado Informe Draghi advierte, como «ya sabíamos de antes», que se ha perdido «terreno económico». «Perdemos PIB, renta, capacidad de competir con otros mercados fuera de la UE, y eso requiere una respuesta de la Unión Europea», ha planteado.
A su entender, aunque «cada país tiene que ver cómo mejora su posición económica, su competitividad, su capacidad de vender sus bienes y exportar servicios, atraer inversiones», la Unión Europea «tiene sus responsabilidades y, si no las tiene bien definidas, tiene que definirlas». La UE, ha señalado, tiene «el monopolio de la iniciativa para poner propuestas encima de la mesa» para decidir «qué hacer conjuntamente».
Almunia también ha criticado «un poquito el informe Draghi y las ideas de Ursula Von der Leyen», advirtiendo de que «se confunde la competitividad con limitar algo las posibilidades de las autoridades de competencia o de la autoridad de competencia europea por excelencia, que es la Comisión, pero también de las autoridades nacionales en aquello que tienen que aplicar de la legislación del marco legislativo común europeo».
Según ha indicado, «para ser más competitivo hacen falta muchas cosas, desde luego, completar el mercado interior», pero «no se deben criticar decisiones de la Comisión Europea», en alusión a la «prohibición de la fusión Siemens-Alstom» en 2019. «¿No quiere la CE campeones europeos? Sí, pero no de cualquier forma», ha precisado.
La operación se prohibió porque «no estaban dispuestos a proponer remedios para que no se perjudicasen a otras empresas ferroviarias europeas, alguna de ellas aquí la tenemos con problemas», ha dicho en relación a Talgo, a la que Sidenor acaba de trasladar su interés en la adquisición total o parcial del capital social.
Por su parte, ha apostado por no «tocar» el control de fusiones porque «lo que se va a conseguir en respuesta es monopolios aquí», que sufrirán los usuarios y consumidores europeos «en aras a aumentar la competitividad europea de cara a otros países del mundo».
Asimismo, ha indicado que, «por supuesto», la política de competencia se hace «en conexión» con la política industrial, si bien ha advertido de que esta última «no tiene que ser incompatible con las reglas de competencia básicas».
El excomisario europeo ha incidido en que Von der Leyen ha trasladado en su «carta de misión» a Teresa Ribera, propuesta como vicepresidenta y responsable de Competencia y Transición Verde, que hay que «mirar el reglamento de fusiones para que no impida que haya empresas mayores en Europa y tiene que ponerlo en conexión con la política industrial».
«Siempre ha estado en conexión. Cuando hay buena política industrial, para abrirle puertas desde las reglas de competencia. Pero cuando hay mala política industrial para frenar el despilfarro de recursos y esfuerzos», ha indicado.
En palabras de Joaquín Almunia, el aumento del tamaño de empresas en la UE es «una necesidad evidente» pero no ve «mejor fórmula para dejarles espacio, para crezcan y para darles incentivos para el crecimiento que completar el marcado interior, de capitales, energético, digitales…».
En este marco, ha asegurado que, si tiene «ocasión de hablar» con Ribera, le trasladará que tiene «mucha prevención» sobre las consideraciones que se están haciendo en lo relativo al control de fusiones y adquisiciones.
«Ojo que hay fuerzas, hay voces, hay presiones que pueden acabar con una política de competencia europea con una excelente reputación mundial, con una fama bien ganada de independencia respecto de presiones de un sector económico o de otro a la hora de mirar una fusión o de analizar un artículo 102, en la actuación contra cárteles. Creo que es mucho más necesario pensar en políticas de completar y desarrollar el mercado interior», ha insistido.
Así, ha apostado por una política de competencia «independiente» que siga «manteniendo los mismos principios», que «entienda» los cambios y haga posible «muchos de los que necesita la economía europea». «Pero no utilizarla para hacer alguno de los grandes objetivos europeos imposibles», ha concluido.