Algunas técnicas de cirugía bariátrica pueden agravar los síntomas del reflujo gastroesofágico
NUEVA YORK, 17 (Reuters/EP)
Dos investigaciones publicadas por la revista Journal of the American Medical Association (JAMA) avalan la eficacia de la cirugía bariátrica como una alternativa eficaz para perder peso, pero avisan de que una de las técnicas más utilizadas en este proceso puede agravar la acidez estomacal en aquellos pacientes que sufren reflujo gastroesofágico.
Así se desprende de los resultados de dos nuevos estudios en los que se hizo un seguimiento durante cinco años a cerca de 500 pacientes que se sometieron a esta cirugía para perder peso.
Las técnicas evaluadas fueron la gastrectomía vertical en manga, que se han convertido en la primera opción para muchos cirujanos y consiste en extirpar parte del estómago para estrecharla; o el bypass gástrico en Y de Roux, en la que se crea una bolsa estomacal a partir de una pequeña porción del estómago que se une directamente a la parte superior del intestino delgado.
Inicialmente la cirugía bariátrica está pensada como una alternativa terapéutica para la obesidad severa, cuando el índice de masa corporal (IMC) es superior a 40, o 35 en personas con problemas asociados al exceso de peso, lo que equivaldría a un peso aproximado de 109 kilos en personas de 1,65 metros de altura, o de unos 95 kilos en el segundo caso.
En el primer estudio, llevado a cabo por médicos del St. Claraspital de Basilea (Suiza), estudiaron a 217 pacientes y descubrieron que las personas que se sometieron a la manga gástrica perdían un 25 por ciento de su exceso de peso, mientras que aquellos voluntarios a una cirugía más radical lograron perder hasta un 28,6 por ciento. Además, las mejoras en diabetes, hipertensión y colesterol fueron similares.
UNO DE CADA TRES EMPEORA SU ACIDEZ
Sin embargo, el 31,8 por ciento de los pacientes sometidos a una manga gástrica sufrieron un aumento de sus síntomas de reflujo, en comparación con solo el 6,3 por ciento del grupo control. Y cuando fueron operados de nuevo, los síntomas mejoraron en un 25 por ciento de los casos cuando se sometieron a la misma técnica, frente a un 60,4 por ciento cuando se optó por un bypass gástrico convencional.
«Siempre hemos prestado atención al reflujo gastroesofágico cuando recomendamos a los pacientes qué tipo de operación se debe realizar», ha reconocido Ralph Peterli, uno de los autores del estudio.
El segundo estudio, de la Universidad de Turku, en Finlandia, incluyó a 240 personas obesas y en el estudio descubrieron que la manga gástrica no fue tan efectiva como el bypass , ya que los pacientes perdieron el 49 por ciento de su exceso de peso, en comparación con el 57 por ciento de los operados con bypass gástrico.
Además, esta opción también produjo menos necesidad de medicamentos para la hipertensión a lo largo de cinco años, mientras que las mejoras en diabetes y colesterol fueron similares en ambos grupos.
«Ambas técnicas fueron efectivas en la pérdida de peso y la resolución de las comorbilidades asociadas», ha explicado a Reuters Health la autora principal, Paulina Salminen, que considera que «todavía es demasiado pronto para establecer un paradigma clínico que permita elegir el procedimiento bariátrico más adecuado en cada caso».
LA MITAD DE CANDIDATOS A ESTA CIRUGÍA TIENE REFLUJO
No obstante, ha apuntado, el reflujo podría ser un factor importante para decidir sobre el tipo de cirugía, ya que el 51 por ciento de las personas con obesidad severa tienen este problema estomacal. En este caso, la manga gástricaa hizo que los síntomas de reflujo empeoraran en el 31,8 por ciento de los pacientes, en comparación con solo el 6,3 por ciento de los pacientes sometidos a la cirugía en Y de Roux.
«Este es un factor importante que debe tenerse en cuenta, ya que el bypass gástrico podria ser la opción principal para los pacientes con reflujo moderado o severo», según Salminen.
JAMA también incluye un tercer informe llevado a cabo por el Servicio de Salud Clalit de Israel, basado en un análisis de 8.385 pacientes, que encontró que dicha cirugía puede salvar vidas, independientemente de la técnica utilizada.
Después de 4,3 años, las tasas de mortalidad fueron del 2,3 por ciento para las personas obesas que no se sometieron a la cirugía, en comparación con el 1,3 por ciento de las que sí lo hicieron.