Alberto Garzón deja la coordinación de IU y completa su salida de la primera línea política

Su decisión llega con el cambio de «fase política» y admite que el coste personal de estos años ha sido clave en su renuncia

El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, ha decidido dejar el cargo al frente de la formación, que lideraba desde 2016, y abandona completamente la primera línea política, dado que en breve cesará también como ministro con la conformación del nuevo Gobierno tras formalizarse la investidura.

De esta forma, el titular de Consumo completa el «paso al lado» que inició en junio cuando también renunció a formar parte de las listas electorales de Sumar a los comicios del 23 de julio, después de haber sido diputado en el Congreso durante 12 años. Ahora, seguirá en la política desde la «trinchera» de ser un militante de base.

«No solo cederé el testigo dentro del Consejo de Ministros, sino que también cesaré mi responsabilidad como coordinador de IU. Se trata de una decisión muy meditada y que formaba parte de la hoja de ruta que personalmente asumí hace tiempo. He esperado a este momento para sincronizar mi decisión final con el cambio de fase política», ha trasladado este viernes en una carta remitida a la militancia.

De esta manera, diserta que da este paso dado que la política española entra en una «nueva fase», con un nuevo Gobierno, y después de dedicar su energía a que Sumar sacara el mejor resultado posible en unas «difíciles» elecciones y disipar la «amenaza de un gobierno reaccionario». Y también tras terminar bien una «complicada negociación» para forjar una nueva coalición con el PSOE y trazar alianzas parlamentarias para el apoyo a la investidura del presidente, Pedro Sánchez.

La noticia no ha generado sorpresa en los círculos internos de IU y es que, según explican fuentes de la formación, Garzón ya deslizó su intención de formalizar su renuncia como líder federal en un encuentro con cargos y coordinadores autonómicos la semana pasada, donde encomendó también preparar los trámites para elegir a su relevo.

Ante esta decisión, IU deberá acometer un proceso de relevo de Garzón al frente de la formación (fue reelegido en 2021). Así, fuentes de IU explican que los órganos de dirección deberán decidir al respecto pero que lo normal, en estos casos, es nombrar una comisión temporal con una o varias portavocías al frente que prepare la convocatoria en próximos meses de una Asamblea general, que es el órgano soberano para elegir al coordinador.

Un proceso que requiere su tiempo dado que primero debe celebrarse debates en las asambleas locales de IU, sus órganos de base, y luego también hacer lo propio a nivel de federaciones autonómicas de la organización.

El sector crítico a la actual dirección de IU ha reclamado ya la celebración cuanto antes de una asamblea extraordinaria y que se cierra un ciclo político. Sin embargo, el portavoz parlamentario en el Congreso, Enrique Santiago, ha manifestado que el adelanto de la asamblea no es ahora la prioridad y no toca en estos momentos, máxime cuando su celebración estaba prevista para 2025.

En su texto, Garzón subraya que ha sido un «honor» representar a IU, algo que no se había imaginado cuando empezó a militar a los 18 años, y que renuncia al puesto con una organización «consolidada» y como «capital político imprescindible» para el futuro del país.

FOMENTO DE LA PAZ INTERNA FRENTE A LAS LUCHAS FRATRICIDAS

Tras recalcar que su formación es una «herramienta» clave para «ensamblar» el complejo ecosistema de «fuerzas de izquierdas», Garzón defiende en su misiva que en su gestión, a pesar de errores cometidos, primó el diálogo y generar «paz interna», dado que IU «había vivido en su historia demasiadas disputas fratricidas».

También relata que la ruptura del tradicional sistema de partidos en 2014, a raíz del 15M, puso en un «inmenso aprieto» a IU, dado que a pesar de que su organización encarnaba en gran medida los valores de esa movilización, no era la fuerza política que «rentabilizaba» electoralmente ese impulso, en alusión a la irrupción de Podemos.

Eso sí, emplea un símil marítimo al desgranar que la nave, en alusión a IU, «tuvo que ser reparada en alta mar, con menos recursos y más dificultades que otras embarcaciones que, además, parecían ser siempre mucho más atractivas y poderosas».

Y pese a esas dificultades, tanto las bases como su dirección han logrado revertir un panorama que «dista mucho» al de hace diez años: «Nuestra nave está prácticamente reparada y sigue navegando con soltura siguiendo la brújula que apunta al socialismo».

LOS COSTES DE LA PRIMERA LÍNEA INFLUYEN EN SU DECISIÓN

Por otro lado, Garzón subraya que su estancia en la primera línea política «no ha estado exenta de costes» y ello también ha influido de «manera determinante en su decisión».

«La militancia es muy sacrificada y la primera línea de la política no es sino su versión exponencial. Durante todos estos años he visto lo mejor y lo peor de la política, y ambas cosas me han atravesado implacablemente. He empleado demasiado tiempo en tratar con gentes que no cuidan a sus semejantes y para los cuales la política es sólo una forma de aplastar al que piensa diferente», admite en su mensaje a las bases de IU.

A su vez, reconoce que en el plano personal se encuentra «muy contento» al dar este paso y poder dedicar «más tiempo a cuidar de su familia», que han padecido en este tiempo «más que nadie» sus «desasosiegos» y «ausencias continuadas».

En su carta, Garzón dedica elogios a las bases de IU y que será la militancia la que valore el trabajo al frente de la coordinadora federal, al que llegó de forma «atropellada» en una etapa convulsa internamente por la irrupción de Podemos, y se congratula de haber desempeñado un cargo que ocuparon antes referentes con «mayúsculas» para él, como el «compañero y luego amigo Julio Anguita».

El ya exlíder de IU insiste en que su mandato se sustentó en el diálogo y la fraternidad para conseguir acuerdos desde el respeto a las posiciones diferentes, y pese a las equivocaciones que haya podido cometer espera que el saldo final de su etapa sea una «contribución positiva».

«Seguiré haciendo política, que es para mí el noble arte de transformar la sociedad, desde la humilde y necesaria trinchera que ofrece el militante de base de una organización como la nuestra. Intentaré, con tantas herramientas como pueda, seguir contribuyendo a construir una sociedad ecosocialista; el único freno viable y democrático ante el avance de la barbarie y la destrucción ambiental», concluye en su misiva.

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