Airbus entrega el primer A320neo con el sistema de aterrizaje por satélite
Airbus ha entregado el primer Airbus A320neo equipado con la última tecnología de Sistema de Aterrizaje Basado en Satélite (SLS) a un cliente de larga duración, easyJet.
Tal y como explica en un comunicado, el SLS permite a los pilotos realizar aproximaciones «directas» utilizando la precisión de los satélites al entrar en tierra en los aeropuertos, sin necesidad de sistemas adicionales en tierra, incluso en condiciones de baja visibilidad, al tiempo que se ahorra combustible y se reducen las emisiones.
El SLS entró en servicio por primera vez en Europa en 2015 con el A350, mientras que actualmente esta función está disponible en las familias de aviones A220 y A330 y está en curso para el A380.
El director de operaciones de Vuelo de easyJet, David Morgan, ha destacado que esta nueva tecnología representa un paso más hacia la mejora de la eficiencia de sus operaciones, al tiempo que les ayuda a reducir el uso de combustible y, por tanto, a abordar sus emisiones de carbono».
«Nos comprometemos a apoyar el desarrollo de nuevas tecnologías, junto con nuestros socios de toda la industria, que nos permitan operar de la forma más eficiente y tecnológicamente avanzada posible para la seguridad de nuestros clientes y la protección de nuestro planeta», ha añadido.
Además, Airbus está desarrollando la nueva generación de EGNOS, el sistema europeo de aumento basado en satélites, que se compromete con la entrega de la próxima versión del programa para 2027, según el director de Telecomunicaciones y Navegación de Airbus Defence and Space, François Gaullier.
La familia A320neo incorpora motores de nueva generación y Sharklets, que en conjunto proporcionan al menos un 20% de ahorro de combustible y CO2, así como una reducción del 50% de la huella acústica.
A finales de abril de 2022, la familia de A320neo había recibido más de 8.000 pedidos de unos 130 clientes y, desde su entrada en servicio hace seis años, la compañía ha entregado más de 2.200 A320neo, contribuyendo a un ahorro de 15 millones de toneladas de CO2 frente a los aviones de la generación anterior a los que sustituyen.