Agencias de la ONU advierten de que suspender su financiación hace peligrar los «avances globales» en salud pública
La organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) y el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) han advertido de que suspender la financiación de este tipo de agencias hacen peligrar los «avances globales» en materia de salud pública, en referencia a la decisión de Estados Unidos y otros países de detener sus contribuciones financieras y de participación.
La OMS ha lamentado que estos recortes amenazan «décadas de progreso en la lucha contra la tuberculosis», que actualmente es la enfermedad infecciosa más mortal del mundo, y que están provocando el colapso de los servicios de prevención, diagnóstico y tratamiento, especialmente en África, el sudeste asiático y el Pacífico occidental, donde los programas contra la tuberculosis dependen en gran parte del apoyo internacional.
«Cualquier interrupción de los servicios de tuberculosis, ya sea financiera, política u operativa, puede tener consecuencias devastadoras y a menudo fatales para millones de personas en todo el mundo», ha afirmado la directora del Programa Mundial de la OMS sobre Tuberculosis, Tereza Kasaeva, subrayando que estas iniciativas han salvado más de 79 millones de vidas en las dos últimas décadas.
Asimismo, ha destacado que estos logros han sido impulsados por la financiación estadounidense, que aportaba un cuarto de los recursos donados, y ha adelantado que estos recortes tendrán «efectos demoledores» en los esfuerzos de respuesta a la tuberculosis en al menos 18 países con una alta carga de la enfermedad, que además recibían el 89 por ciento de la aportación estadounidense.
Este impacto, que será «particularmente catastrófico» en África, se traduce en interrupciones del tratamiento, despidos de personal, escasez de suministros, el cese de las investigaciones y el colapso de los sistemas de datos y vigilancia.
«Si no se toman medidas inmediatas, los avances logrados con tanto esfuerzo en la lucha contra la tuberculosis están en peligro. Nuestra respuesta colectiva debe ser rápida, estratégica y contar con todos los recursos necesarios para proteger a los más vulnerables y mantener el impulso hacia la eliminación de la tuberculosis», ha insistido Kasaeva.
A pesar de ello, ha reafirmado su compromiso de apoyar a los gobiernos, la sociedad civil y a sus socios mundiales para garantizar un financiamiento sostenido, así como proporcionar soluciones integradas para salvaguardar la salud y el bienestar de los más vulnerables a la tuberculosis.
LIMITACIÓN DE LA AYUDA QUE LLEGA A LOS NIÑOS VULNERABLES
Por su parte, la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, ha señalado que estos recortes han llegado en un «momento de necesidad sin precedentes», limitando su capacidad de llegar a «millones de niños» afectados por conflictos, que necesitan ser vacunados contra enfermedades mortales como el sarampión y la polio, y que «deben recibir educación y mantenerse sanos».
El organismo ha resaltado que las necesidades superan los recursos con los que cuenta, y que el cese de la financiación creará «una crisis mundial» que «pondrá en riesgo la vida de millones de niños más», razón por la que ha «implorado» a los donantes que sigan aportando a los programas de ayuda para la infancia.
«Con nuestros socios, hemos logrado un progreso histórico. Desde el año 2000, la mortalidad mundial de menores de cinco años ha disminuido en un 50 por ciento. Millones de niños están vivos hoy gracias a esta labor. Millones más han sido protegidos con una mejor salud y un futuro más brillante», ha añadido Russell.
En la misma línea se ha pronunciado UNFPA, detallando que los 41 subsidios que recibía de Estados Unidos sumaban casi 290 millones de dólares (unos 268 millones de euros), y que la decisión de detener estos fondos «tendrá un impacto devastador en las mujeres y las niñas de todo el mundo».
La organización ha recordado que estos recursos le permitían brindar atención sanitaria materna esencial, protección contra la violencia, tratamiento a las mujeres violadas y otro tipo de cuidados de la salud sexual y reproductiva en más de una veintena de países y territorios en crisis.
Esta situación hará que más de nueve millones de afganas no reciban servicios de salud materna ni otro tipo de servicios más amplios y, en los territorios palestinos ocupados, se detendrá la instalación de unidades obstétricas móviles, de espacios seguros para mujeres y niñas e incluso el suministro de medicamentos y kits posparto.