Afganistán anuncia la muerte de seis presuntos miembros de Al Qaeda en un bombardeo en el sur del país
La ONU apunta que los talibán y el grupo mantienen lazos «cercanos» pese al acuerdo de paz de Doha
El Gobierno de Afganistán ha anunciado este jueves la muerte de seis presuntos miembros de la organización terrorista Al Qaeda y cuatro integrantes de los talibán en una serie de bombardeos ejecutados el miércoles en la provincia de Helmand, situada en el sur del país.
El Ministerio de Defensa afgano ha indicado en un breve comunicado publicado a través de su página web que los ataques aéreos fueron llevados a cabo en el distrito de Naua y ha agregado que entre los muertos figuran cuatro paquistnaíes que formaban parte de Al Qaeda en el Subcontinente Indio (AQSI).
Así, ha indicado que entre las víctimas mortales están un líder local de AQSI al que ha identificado como Abbas, así como el mulá Shafiq, un comandante talibán que operaba en esta zona del sur del país centroasiático.
El Ministerio de Defensa ha resaltado que un total de 223 supuestos talibán han muerto y 126 han resultado heridos en el marco de las operaciones llevadas a cabo durante las últimas 24 horas en diversas provincias, sin que los insurgentes se hayan pronunciado al respecto.
Kabul ha acusado a los talibán de mantener sus lazos con Al Qaeda, en contra de lo pactado en el histórico acuerdo de paz firmado el 29 de febrero entre Estados Unidos y los insurgentes, si bien los talibán han insistido en que Al Qaeda «no tiene presencia en Afganistán».
El anuncio del Ministerio de Defensa ha llegado horas después de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas indicara en un informe que los talibán suponen una amenaza creciente para las autoridades afganas y agregara que los talibán y Al Qaeda siguen manteniendo lazos «cercanos» pese al acuerdo.
El informe recoge que «los talibán y Al Qaeda siguen manteniendo lazos cercanos y no muestran signos de romper sus lazos», antes de resaltar que «no hay cambios materiales en esta relación, que ha sido cada vez más profunda como consecuencia de los lazos personales de matrimonio y su papel compartido en la lucha, cimentado a través de lazos de segunda generación».
«Si bien el acuerdo de Doha supuso algunas expectativas sobre una ruptura en la larga relación entre los talibán y Al Qaeda, el texto disponible públicamente no define expectativas y los anexos son secretos», subraya, al tiempo que incide en que «Al Qaeda permanece en al menos 15 provincias, especialmente el este, el sur y el sureste».
«Los miembros del grupo han sido reubicados a zonas más remotas por los talibán para evitar quedar potencialmente expuestos y ser atacados», incide el texto, que hace hincapié en que «Al Qaeda mantiene el contacto con los talibán, pero ha minimizado las comunicaciones abiertas con la cúpula de los talibán en un esfuerzo de tener un perfil bajo y no poner en peligro la posición diplomática de los talibán respecto al acuerdo de Doha».
De esta forma, resalta que «una parte significativa de la cúpula de Al Qaeda continúa en la región fronteriza entre Afganistán y Pakistán, núcleo que se suma y trabaja de cerca con AQSI» y añade que «la estrategia de Al Qaeda a corto plazo es mantener sus lugares seguros en Afganistán para su cúpula».
El informe destaca además que el líder del grupo, Ayman al Zawahiri «estaría ubicado» en esta zona fronteriza, a pesar de las informaciones surgidas recientemente sobre su posible fallecimiento. En este sentido, afirma que «los informes sobre su muerte a causa de una enfermedad no han sido confirmados».
Por otra parte, revela que AQSI «opera bajo el paraguas de los talibán desde las provincias de Kandahar, Helmand y Nimroz» y es parte «orgánica o esencial» de los insurgentes, por lo que arguye que «sería difícil, si no imposible, separarlo de sus aliados talibán».
«La muerte de múltiples comandantes de Al Qaeda en zonas controladas por los talibán subraya la cercanía entre ambos grupos», dice el texto, que recuerda que AQSI publicó en mayo de 2020 un mensaje por el fin del Ramadán en el que «presentó el acuerdo de Doha como un ejemplo de victoria divina y premio por seguir la yihad».
«Se espera que ambas organizaciones mantengan una postura de distancia y discreción mientras sea necesario para lograr los objetivos de los talibán. Al Qaeda podría beneficiarse de una nueva credibilidad ante los avances de los talibán», afirma.
Por último, el informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas destaca que «será importante para la comunidad internacional supervisar cualquier signo de que Afganistán se convierte nuevamente en un destino para extremistas con agendas regionales e internacionales».