ACNUR alerta de una «tormenta perfecta» en Sudán del Sur por el coronavirus y la continuada violencia
Pide más fondos para atender la respuesta frente a la pandemia sin olvidar las necesidades humanitarias previas en el país
Seis años de conflicto han dejado el sistema de salud en Sudán del Sur muy maltrecho, además de haber desplazado a una parte considerable de la población, que en los últimos tiempos se ha visto golpeada también por desastres naturales y sigue siendo víctima de la violencia continuada. En este panorama, según alerta el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), la pandemia de coronavirus vendría a sumarse a esta «tormenta perfecta» de consecuencias imprevisibles.
«Años de violencia han dañado seriamente los servicios de salud de Sudán del Sur», ha lamentado el alto comisionado adjunto para operaciones de ACNUR, Raouf Mazou, subrayando que «tras las inundaciones del año pasado y la reciente plaga de langostas, la gente está en apuros».
«Junto con la amenaza de la Covid-19, esta es la tormenta perfecta que podría llevar a consecuencias potencialmente terribles para millones de personas que ya viven en situaciones precarias si el virus se propaga rápidamente», ha prevenido el responsable de ACNUR.
Sudán del Sur fue uno de los últimos países del continente en registrar el primer contagio y hasta el momento se han confirmado 35 casos, sin ninguna víctima mortal. Muchas de las instalaciones de salud han resultado dañadas o destruidas durante el conflicto y las que siguen funcionando carecen de medicinas suficientes, profesionales cualificados y material médico, ha advertido la agencia de la ONU.
En lo que se refiere a los 1,7 millones de desplazados internos que hay actualmente en el país, muchos de ellos viven en asentamientos abarrotados en los que las condiciones sanitarias son pésimas y donde apenas hay o no hay acceso a instalaciones sanitarias.
ACNUR y sus socios ya están trabajando con las autoridades para garantizar que los desplazados son incluidos en el plan de respuesta frente al coronavirus y ha construido cinco centros de tratamiento de emergencia, a los que se sumarán cinco más en las próximas semanas.
Además, en los campamentos de desplazados y refugiados se están reforzando las tareas de concienciación y se han distribuido raciones adicionales de jabón y cubos para ayudar a mantener la higiene, ha precisado la agencia humanitaria.
PROBLEMAS PARA LA ASISTENCIA HUMANITARIA
Sin embargo, los enfrentamientos intercomunitarios en curso –principalmente los relacionados con el robo de ganado que han venido sucediéndose en las últimas semanas–, junto con las medidas destinadas a limitar la propagación de la pandemia están creando «desafíos significativos» para que las organizaciones humanitarias puedan llevar a cabo su labor de asistir a la población necesitada, ha alertado ACNUR.
Buena parte de la población rural del país depende de su ganado y sus tierras como principal fuente de ingresos, por lo que la violencia ha dejado a muchos sursudaneses en serios apuros además de haber agravado los niveles de pobreza en un momento en que el impacto económico del coronavirus cada vez se deja sentir más y no hay ninguna red de seguridad social, ha subrayado la agencia de la ONU.
Por ello, ACNUR ha llamado a las partes enfrentadas en el país a un cese inmediato de las hostilidades ante las «circunstancias sin precedentes» para permitir que la asistencia llegue a quienes la necesitan, así como a seguir adelante con el cumplimiento del acuerdo de paz alcanzado en septiembre de 2018.
Además, tanto la agencia para los refugiados como otras organizaciones humanitarias necesitan más apoyo urgente dado que la falta de financiación «sigue lastrando nuestros esfuerzos para salvar vidas», ha advertido, recalcando que el apoyo a la respuesta frente al coronavirus «no debe hacerse a costa de olvidar las necesidades humanitarias preexistentes».