Abascal asume que Vox es «el enemigo a batir» y no le importa quedarse solo contra el «trágala» económico del Gobierno
El líder de Vox, Santiago Abascal, cree que los «ataques» que recibe su partido del resto de grupos parlamentarios demuestran que se ha convertido en «el enemigo a batir», pero ha asegurado que no le importa quedarse solos y tampoco que puedan ser los únicos que de nuevo voten en contra del «trágala» económico del Gobierno para hacer frente a los efectos de la invasión de Ucrania.
En el debate del Congreso, Abascal ha asegurado recibir con «satisfacción» los «ataques» a Vox y ha rechazado cualquier posibilidad de acuerdo con el Gobierno. Para darse, ha explicado, el Ejecutivo tendría que romper con socios que sean «enemigos de la unidad» y Sánchez dejar de «demonizar» a los votantes de Vox. «Conteste a quién es leal y a quién obedece», ha pedido al presidente acusándole de tomar decisiones sin apoyo del Gobierno, del Parlamento, de su partido ni de su electorado.
En este contexto, ha asumido que «es probable» que Vox se quede solo contra el plan económico presentado por el Gobierno. Pero ha recordado que ya fueron los únicos en oponerse a los decretos de estado de alarma, a la ley de cambio climático que se aprobó el pasado año o los únicos que votaron a favor de la moción de censura contra Pedro Sánchez.
«Nos sentimos acompañados por cada vez más españoles. No queremos ser sus cómplices, está arruinando España usted y sus políticas climáticas», ha asegurado Abascal, que ha exigido que se deje de gastar dinero público en «delirios multicultares, climáticos o de género». «De género bobo», ha precisado.
Además, ha insistido en sus críticas a las políticas climáticas y ha preguntado por qué España no puede producir con carbón pero sí comprar energía térmica a Marruecos. «¿Son de otro planeta?, ¿Tienen otra atmósfera?», ha inquirido.
Además, ha subrayado su condena al presidente de Rusia, Vladimir Putin, y ha defendido la decisión de su partido de votar en contra en el Ayuntamiento de Madrid de la retirada de la llave de la ciudad, ya que ha asegurado que solo «distingue entre Putin y el pueblo ruso», que ayudó a Madrid tras los atentados del 11 de marzo de 2004.