La ONU alerta sobre los «desafíos políticos, de seguridad, Derechos Humanos y humanitarios» que plagan Malí
El subsecretario de Naciones Unidas para Operaciones de Paz, Jean Pierre Lacroix, ha alertado este martes ante el Consejo de Seguridad sobre los «desafíos políticos, de seguridad, Derechos Humanos y humanitarios» que plagan Malí, que enfrenta una situación de seguridad en deterioro en el centro y en el norte.
Asimismo, Lacroix ha denunciado que los cascos azules y las fuerzas de seguridad de Malí «continúan sufriendo repetidos ataques y pérdidas significativas», a la vez que ha criticado que «algunas ciudades grandes sufren la amenaza constante de los grupos armados».
En este sentido, ha recordado el ataque que sufrieron el viernes pasado los cascos azules de la Misión de Estabilización de la ONU (MINUSMA), que ha calificado como una tragedia y «una ilustración de la valentía y la determinación de nuestro personal de mantenimiento de la paz para apoyar al pueblo de Malí».
Pero no solo ha expresado preocupación por la amenaza terrorista, Lacroix también ha reseñado las «actividades desestabilizadoras de las milicias» que operan a lo largo de líneas étnicas en la agitada región central.
Con la vista puesta en que los grupos armados depongan las armas ha pedido al Gobierno de transición que mejore la situación de seguridad en paralelo con la protección de la población civil y el restablecimiento de la autoridad estatal y los servicios sociales básicos.
En relación con esto, ha destacado que la seguridad en el país africano a largo plazo depende del éxito de «su frágil transición política», insistiendo en el cumplimiento del Acuerdo de Paz de 2015 firmado por las autoridades y dos coaliciones de grupos armados.
Tras varios reveses en la arena política, que se han sucedido desde 2012, Lacroix ha destacado que existen «signos alentadores», aunque ha lamentado que «no se ha emitido un calendario electoral oficial», que está pendiente de una serie de reformas.
En esta coyuntura crítica, Lacroix ha alentado a todos los actores políticos a «trabajar con un espíritu de compromiso y promulgar reformas destinadas a crear un entorno propicio para unas elecciones pacíficas, inclusivas, transparentes y creíbles», ya que «representan la prueba de fuego para la transición actual y un paso necesario hacia el regreso de Malí al Gobierno constitucional».
