Ribera cree que no basta con rebajar trasvases y propone definir caudal ecológico y más inversión en desalación
Page celebra el planteamiento como avanzar «dos escalones de golpe» en la premisa regional de acabar con el trasvase en el medio plazo
CIUDAD REAL, 6
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha reconocido frente al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que más allá del aval de su cartera a reducir los umbrales máximos a la hora de trasvasar agua desde la cabecera del Tajo hacia el Levante, esta medida no sería suficiente, por lo que ha abogado por, al margen de esta primera «modificación» que «no basta», planificar y definir de nuevo los caudales ecológicos y potenciar «inversiones adicionales para conectar infraestructuras que permitan disponer de recursos» en el sureste del país «tanto por reutilización como por desalación».
Así lo ha puesto de manifiesto tras visitar el Parque Nacional de Cabañeros en la provincia de Ciudad Real, donde la ministra ha asegurado que «hay que gestionar con cuidado» esta transición, recordando que los embalses de Entrepeñas y Buendía «se construyeron para estas aportaciones».
Según ha dicho, la pregunta ahora es «cuál es el equilibrio que no ponga en riesgo el bien público ambiental», partiendo de la base de las necesidades humanas en primer lugar, siguiendo con las necesidades ecológicas y las económicas.
En el contexto actual, ha reparado en que ahora toca aumentar el volumen de agua a trasvasar debido a la parálisis del trasvase motivada por las obras que ha sufrido, si bien ha recalcado la «propuesta al Consejo Nacional del Agua de avalar el cambio de umbrales del trasvase para garantizar más lámina de agua en cabecera y menos volumen en los trasvases discrecionales de manera justificada y previa discusión».
«Sabemos que este cambio en las reglas y en los umbrales es una primera modificación que no basta. Sabemos que la planificación y definición de caudales ecológicos son importantes para una buena gestión del Tajo y sabemos que las necesidades de las cuencas del sureste requieren inversiones adicionales para conectar la infraestructura que permita disponer de recursos tanto por reutilización como por desalación en el conjunto de las zonas donde se produce este consumo», ha explicitado concretamente la vicepresidenta del Gobierno.
En todo caso, también ha reparado en que hay «otro tipo de episodios» que hay que abordar más allá del trasvase y que tienen que ver con la depuración en grandes aguas metropolitanas, como en la ciudad de Toledo, algo que también «es prioritario».
Así, insiste en que «no siempre es un problema de cantidad, sino de calidad», y las dos cosas «merecen ser atendidas con el máximo compromiso por parte de las administraciones involucradas, no sólo la del Estado, sino también por las municipales y autonómica».
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Justo después de estas palabras de la ministra para la Transición Ecológica, el presidente autonómico, Emiliano García-Page, ha tomado la palabra para celebrar una postura que ha entendido como avanzar «dos escalones» de golpe en los planteamientos de la Comunidad Autónoma que preside.
La región «siempre ha tenido una posición clarísima» como filosofía y esa pasa por que «los trasvases, son la ruina, ecológica, ambiental y económica».
Tras el planteamiento de «mucha valentía» de Cristina Narbona en el pasado gracias a su «brillante» iniciativa de la desalación, ahora sabe «cuál es el final».
«Tenemos claro cuál es el final, lo sabe todo el mundo y lo sabe la Unión Europea. Hacemos un planteamiento que es ir escalón a escalón. Y agradezco al Gobierno de España una normativa que sería incomprensible en otras épocas», ha indicado, reconociendo que la premisa lanzada por Ribera hoy son «dos escalones de golpe».