El secretario para la UE cree que harán falta años para lograr una perspectiva europea en materia de asilo y migración
Apuesta por defender desde las capitales no solo los intereses nacionales sino los europeos
El secretario de Estado para la UE, Juan González-Barba, ha reconocido este martes que probablemente harán falta años para lograr una verdadera perspectiva europea en lo que se refiere a una política de asilo y migración en el seno de la UE, apostando mientras esto ocurre por avanzar allí donde es más fácil el consenso.
«Para que una política europea de asilo y migración sea exitosa tiene que tener una perspectiva europea», ha defendido durante su participación en un acto sobre la nueva Estrategia de Acción Exterior 2021-24 celebrado en la Escuela Diplomática, reconociendo que es «difícil de conseguir».
«Hace falta todavía posiblemente muchos años de integración europea para que un ciudadano que resida en los países septentrionales se sienta interpelado por el drama» que se vive en las costas del Mediterráneo o del Atlántico, ha opinado el secretario de Estado.
Dado que «de todas maneras tenemos que actuar» ante el fenómeno migratorio, ha añadido, «lo más importante es intentar hallar los consensos posibles en cada momento» y teniendo en mente lo que hace falta para una política «equilibrada».
Esto pasa entre otros por la cooperación con los países de origen y tránsito y por facilitar cauces de inmigración legal que permitan que «estos movimientos de personas se realicen de una manera ordenada y legal» ya que, ha advertido, la UE «no podría atender a las necesidades del resto del mundo dando cobijo a todo aquel que quiera venir».
Así pues, es necesario un «ejercicio de realismo» para lo cual el Gobierno español, junto con Italia y Francia y otros países que se han sumado han planteado empezar por centrarse en la cooperación con los países de origen y tránsito, «punto de encuentro en el que todos estamos de acuerdo».
«A partir de esos cimientos debemos ir construyendo la casa que tiene que ser la política de asilo y migración» de la UE, ha señalado, incidiendo en que el «desfase actual» entre el principio de responsabilidad en frontera, que asumen los países en la primera línea, y el principio de solidaridad no funciona porque tiene como resultado una política «desequilibrada».
PENSAR EN LOS INTERESES EUROPEOS
Por otra parte, González-Barba ha incidido en la necesidad de que desde las distintas capitales europeas «se piense no solo en la defensa de los intereses nacionales sino en defensa de la UE».
Así, ha destacado que en el caso de España, si solo se persiguiesen los intereses nacionales no se respaldaría la ampliación a los países de los Balcanes Occidentales, puesto que «cuando ingresen va a aumentar el nivel de renta media de nuestras regiones que tienen ahora acceso más privilegiado a fondos estructurales».
Sin embargo, España está entre los países que respaldan «sin fisuras esta ampliación» porque considera que es lo que más conviene estratégicamente a la UE y porque el proyecto no estará completo mientras no se incorporen estos países.
En cuanto al papel llamado a jugar por España, el secretario de Estado ha admitido que geográficamente nuestro país está en un «lugar periférico», lejos del corazón del continente que representa el eje franco-alemán, y también por razones históricas, ya que no formó parte desde el inicio, pero ha apostado por una participación activa. Esa es, ha dicho, la postura del Gobierno que según él comparten la mayoría de partidos y también de ciudadanos.
LA DECISIÓN DEL CONSTITUCIONAL ALEMÁN, UN «ESCOLLO»
Por otra parte, ha calificado de «escollo» la decisión del Tribunal Constitucional alemán de ordenar no ratificar por ahora la ampliación del presupuesto comunitario, imprescindible para la puesta en marcha del fondo, a la espera de pronunciarse sobre un recurso en contra.
No obstante, ha incidido en que en realidad es uno más en la ambiciosa recuperación acordada pero «incomparablemente menor a los obstáculos que hubo que salvar en junio y en diciembre».
En cuanto al Brexit, el secretario de Estado ha reconocido que se trata de una «situación sin precedentes» pero gracias al acuerdo sobre las relaciones futuras ahora de lo que se trata es de «conseguir que el divorcio tenga los menores efectos perjudiciales posibles».
Dicho acuerdo, ha afirmado, es «como una especie de zócalo a partir del cual a medida que se vayan reposando los ánimos se volverá otra vez a construir» la relación entre la UE y Reino Unido aunque «desde luego» no hasta el punto de que el país vuelva a solicitar su adhesión, algo que ha descartado que ocurra «al menos por una o dos generaciones».