ACNUR denuncia el asesinato de seis refugiados en la matanza de cerca de 140 civiles en el oeste de Níger
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha denunciado este jueves que entre los cerca de 140 civiles masacrados en un ataque ejecutado el 21 de marzo figuran seis refugiados malienses que habían huido al país huyendo de la violencia en territorio maliense, ante el aumento de los ataques yihadistas en esta región.
«La mayoría de las víctimas de este ataque por parte de grupos armados no identificados fueron desplazados internos que ya habían huido de una violencia horrenda, algunos de ellos durante 2020», ha dicho Gillian Triggs, número dos del organismo para Protección.
Así, ha sostenido que «está claro que los ataques contra desplazados y las comunidades que les acogen generosamente fueron deliberados» y ha agregado que «al margen de la violencia injustificable contra civiles, albergues y graneros fueron incendiados y cabezas de ganado murieron o fueron robadas».
«Los supervivientes se han quedado sin nada», ha lamentado, antes de destacar que «cerca de 1.400 personas de estas aldeas están ahora desplazadas, intentando escapar de la violencia». «Nuestros equipos y socios están supervisando la situación y entregando ayuda humanitaria y asesoría a los supervivientes», ha dicho.
Triggs ha reiterado además el llamamiento de ACNUR «para una mayor protección de los civiles y las comunidades de acogida» y ha reclamado a la comunidad internacional «que entienda esta sensación de urgencia y siga apoyando los esfuerzos regionales para hacer frente a las causas de esta crisis y a responder a las necesidades humanitarias provocadas por el desplazamiento forzoso».
Las regiones nigerinas de Tahoua y Tillaberi, en la frontera con Burkina Faso y Malí, acogen en estos momentos a 204.000 refugiados y desplazados internos. Estos tres países son el epicentro de una de las crisis de desplazamiento de más rápido crecimiento en el mundo, con cerca de tres millones de refugiados y desplazados internos.
La región del Sahel, y en particular la zona fronteriza entre Malí, Burkina Faso y el oeste de Níger, ha experimentado un grave deterioro de la seguridad como resultado de las acciones de los grupos terroristas que operan en ella, principalmente las filiales de Al Qaeda y Estado Islámico.