Grupo Neoelectra lanza un sistema para convertir el lodo de las depuradoras en fertilizante orgánico
Grupo Neoelectra, proveedor de soluciones energéticas para la industria, ha creado un sistema de secado térmico que permite tratar los lodos que se producen en las depuradoras de agua y convertirlos en fertilizante orgánico, que puede emplearse en el sector agroalimentario y para abonar parques y jardines públicos.
Esta solución ya se ha puesto en práctica en la planta de tratamiento de purines de cerdo que el grupo tiene en Artajona, Navarra, en la que cada año convierten cerca de 10.000 toneladas de lodos húmedos, el equivalente a la capacidad de 500 camiones de tipo estándar, en fertilizante ecológico que se puede utilizar en agricultura en toda la zona de Tudela y Tafalla, donde se realiza una agricultura muy intensiva.
Los lodos de depuradora sin tratar generan habitualmente un problema medioambiental que puede afectar a suelos y acuíferos. Debido a su alto volumen de materia orgánica y el riesgo de presencia de patógenos como la salmonela, estos residuos deben higienizarse para evitar que contaminen campos y aguas subterráneas.
El procedimiento de secado térmico es una alternativa a otros sistemas utilizados en esta higienización de lodos como la digestión anaeróbica, el compostaje y la incineración. Entre las ventajas que aporta se encuentran un menor coste combinado de tratamiento y gestión, así como un almacenaje y un transporte más fácil y seguro.
Los costes de este proceso se reducen en tanto que puede aprovechar instalaciones y recursos que ya existen, utilizando plantas de cogeneración ya operativas y aprovechando el excedente de energía térmica para secar los lodos. Además, al estar completamente secos tras el tratamiento, se puede generar un fertilizante en forma de polvo que puede transportarse de manera más fácil que otros productos más líquidos y almacenarse por más tiempo sin generar olores.
El responsable de Proyectos de grupo Neoelectra, Óscar Soca, ha explicado que los lodos son un subproducto del reciclaje de aguas urbanas que, bien tratado, «puede tener un gran valor agronómico como fertilizante».
El caso de la planta de purines de Neoelectra en Artajona es un ejemplo de colaboración público-privada con la Administración. Soca ha señalado que Nilsa, el ente público gestor de residuos de la zona, necesitaba resolver el problema medioambiental que generaban los lodos, al mismo tiempo que la planta de Neoelectra tenía un excedente de energía térmica que no estaba siendo explotada. «En 2015, el grupo obtuvo la licitación para gestionar una parte de estos lodos con secado térmico y, desde entonces, gestiona los lodos de tres depuradoras de la zona», ha apuntado el responsable.
El lodo es el resto en forma de barro que queda depositado en el fondo de los depósitos de las depuradoras de aguas. Óscar Soca ha explica que el proceso de higienización comienza en la depuradora, con su extracción y filtrado para eliminar la mayor cantidad de agua posible.
Una vez realizados estos pasos, se obtiene un barro más compacto, que el personal de la depuradora envía a la planta de tratamiento del grupo en Artajona. Una vez allí, se le aplica un tratamiento térmico a más de 80 grados para destruir los patógenos y vaporizar la materia orgánica. Cuando finaliza este proceso, el lodo está seco, limpio y reducido a polvo, y conserva minerales como nitrógeno o potasio y los nutrientes que necesitan los cultivos. Tras este proceso de secado, un gestor local recoge el producto resultante y lo proporciona a empresas de servicios agrícolas para su uso en los cultivos de la zona.