A partir del 2 de abril la cantidad de grasas trans estará limitada a un máximo de 2 gramos por cada 100 de grasa

A partir del próximo viernes 2 de abril entra en vigor la legislación que limita el uso de grasas trans a un máximo de 2 gramos por cada 100 gramos de grasa en los alimentos, según ha recordado la Fundación Española del Corazón.

La medida entrará en vigor en todo el mercado de la Unión Europea y la industria alimentaria ha tenido tiempo para adaptarse a esta nueva regulación desde el momento de su anuncio hace dos años. Hasta ahora, únicamente existía una normativa europea que limitaba la cantidad de ácidos grasos trans en preparados para lactantes y de continuación, que no podían superar el tres por ciento del contenido graso total.

Solo Dinamarca, Austria, Suiza e Islandia tenían establecido un marco legal que obligaba a la industria a limitar la cantidad de grasas trans utilizada en productos alimentarios, no pudiendo superar el dos por ciento del total, como regula ahora esta nueva normativa que está a punto de hacerse efectiva.

Los ácidos grasos trans provienen de dos fuentes: una natural y otra artificial o industrial. La fuente natural proviene de los animales rumiantes como la vaca, la oveja o la cabra. «Aproximadamente un 5 por ciento del consumo total de ácidos grasos trans que consumimos proviene del consumo de grasa de rumiantes, a través de productos como la mantequilla, crema, nata, leche entera o carne grasa», ha explicado la integrante del Comité de Nutrición de la FEC y profesora de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Complutense de Madrid, Marisa Calle.

Por otro lado, la fuente industrial de ácidos grasos trans ocurre al hidrogenar parcialmente aceites vegetales. «Mediante un proceso de hidrogenación logran mejorar el sabor, la textura y la durabilidad de los alimentos cocinados o elaborados con ellas», ha detallado Calle, para informar de que si bien algunos alimentos pueden tener grasa trans de manera natural y esta no es provocada siempre por procesos tecnológicos, este tipo de grasa se encuentra principalmente en productos procesados.

GRASAS PERJUDICIALES PARA LA SALUD CARDIOVASCULAR

La evidencia científica demuestra que las trans son las peores grasas para la salud cardiovascular, ya que aumentan los niveles de colesterol «malo» (LDL) y triglicéridos, además de disminuir los niveles de colesterol «bueno» (HDL).

«Una vez consumidos, los ácidos grasos trans se absorben por el aparato digestivo y pasan a la sangre. Se incorporan a las membranas de las células y sustituyen a las grasas que componen esas membranas, que acaban perdiendo o disminuyendo su flexibilidad y fluidez. Esto provoca que otras moléculas, como las del colesterol, no puedan acoplarse a la membrana y queden libres, aumentando así los niveles de colesterol en sangre», ha concretado la doctora Calle.

Por otro lado, las grasas trans también aumentan los niveles de triglicéridos en sangre y la hipertrigliceridemia está asociada de forma independiente con el riesgo de enfermedad cardiovascular. Además, se ha observado que los ácidos grasos trans aumentan la inflamación y los factores inflamatorios tienen un papel importante en el desarrollo de diabetes, aterosclerosis, ruptura de placa y muerte súbita cardiaca.

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