Cepyme reconoce que, «sometidos a una disyuntiva», han aceptado «un mal menor» en las mesas de diálogo social
El presidente de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), Gerardo Cuerva, ha reconocido que los empresarios, «sometidos a una disyuntiva, enfrentados a dos planteamientos perniciosos para la empresa», han acabado por aceptar «un mal menor» en muchas de las negociaciones del diálogo social que ha habido en el último año.
Cuerva ha afirmado que, en el último año, ha tenido «la sensación» de estar frente a un Gobierno que «no valora a la empresa y que pretende llegar directamente al ciudadano, saltándose el tejido empresarial».
«Un Gobierno, o una de cuyas partes, que considera el diálogo social, poco más que como una mera excusa para el próximo titular, para el próximo tuit o para una excusa más para la propaganda», ha remarcado.
El presidente electo de Cepyme, que ha hecho estas declaraciones durante la Asamblea General electoral de Cepyme, tras ser reelegido presidente, ha señalado que los empresarios se han sentido así «en no pocas ocasiones a lo largo del último año y medio, incluso antes de la llegada de la pandemia».
«En muchas ocasiones me he planteado si esa era la postura más acertada», ha afirmado, tras resaltar que desde la parte empresarial de la mesa, «y en una clara situación de trágala», el resultado de las negociaciones «no era jamás un cheque en blanco al Ejecutivo, sino un intento de mantener a la empresa en el centro del tablero».
Cuerva se ha cuestionado si se estaba entendiendo esto igual en el otro lado de la mesa o si el Gobierno les citaba para «participar en un juego de regateo».
«Por eso, lo que me he preguntado es si, acuerdo tras acuerdo, estábamos logrando que el Gobierno considerase a la empresa como un elemento central del sistema económico, si estábamos consiguiendo que entendiese que la mejor forma de resolver los problemas de España es apoyar a la empresa y no legislar contra ella, o si estábamos logrando convencerlo de que es una legislación más flexible y una fiscalidad menos confiscatoria lo que va a contribuir a generar más empleo y hacer más competitivo el país», ha añadido.
Respecto al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), Cuerva ha reconocido que una subida del 5,5% es mejor que una del 10%, pero se ha preguntado si esto es suficiente y si es «lo máximo» a lo que pueden aspirar los interlocutores sociales dentro del diálogo social.
«No estoy dispuesto a cargar a las empresas con decisiones que son objetivamente malas sin lograr cambiar esa corriente que demoniza a los empresarios de este país», ha apostillado, tras cuestionarse que «cómo es posible que los planes para mejorar la competitividad de las empresas no sean el primer objetivo, «la prioridad de España, tras el reto de vencer al virus».
Cuerva ha incidido en la necesidad de aprobar un plan que ponga a las empresas españolas «en el lugar que se merecen» y ha pedido herramientas que les permitan sobrevivir en un primer lugar y que les ofrezcan oportunidades para ser competitivas posteriormente.
REFORMA LABORAL CON EL FOCO EN LA PRODUCTIVIDAD Y FLEXIBILIDAD
Por ello, ve necesario rebajar la presión fiscal, reducir las cotizaciones, acometer una reforma laboral que «quite el foco de lo ideológico y lo ponga en la productividad y flexibilidad», eliminar las barreras que penalizan el crecimiento de las empresas, luchar «con ahínco» contra la morosidad o reducir y simplificar la burocracia. «Una España con empresas más competitivas será una España más próspera y justa», ha dejado claro.
GARAMENDI DEFIENDE LA UNIDAD EMPRESARIAL
Por su parte, el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, ha puesto en valor la importancia que tiene la unidad empresarial. «Si algo es importante en estos momentos en este país es el ejemplo que creo que estamos dando, de responsabilidad y de patriotismo, de querer a nuestro país y defenderlo desde la independencia real, el sentido de Estado y con lealtad institucional», ha añadido.
Garamendi ha insistido en que los empresarios son «una pieza clave en estos momentos para la estabilidad y la modernización». «Nos podemos equivocar, pero que la sociedad sepa que cuando trasladamos las cosas, pensamos que es lo mejor para nuestro país», ha remarcado.