De Quinto dice que no se puede llamar «tránsfugas» a los diputados de Cs en Murcia que son «fieles» al votante
El exdirigente de Ciudadanos y exdiputado en el Congreso Marcos de Quinto ha afirmado este viernes que no se puede llamar «tránsfugas» a los tres diputados de Cs en la Asamblea de Murcia que, a su juicio, se mantienen «fieles a lo prometido al votante» al negarse a apoyar una moción de censura contra el PP en la Región, y que en todo caso quien merece ese calificativo es la dirección del partido.
«Cuando la soberbia de los dirigentes les lleva a hacer y deshacer, ignorando a sus cuadros, la integridad de estos últimos puede llevarles a desobedecerles. Cuando el tránsfuga es el partido , no se puede culpar al diputado de mantenerse fiel a lo prometido al votante», ha escrito en un mensaje en su cuenta de Twitter.
Así ha reaccionado De Quinto a los acontecimientos en Murcia, donde Cs y el PSOE presentaron el pasado miércoles sendas mociones de censura en la Región de Murcia y en el Ayuntamiento de la ciudad.
Ahora se ha sabido que la operación contra el presidente autonómico, Fernando López-Miras (PP), no saldrá adelante porque ha llegado a un acuerdo con tres diputados de Cs –Isabel Franco, Valle Miguélez y Francisco Álvarez– que votarán en contra de la moción, impidiendo que prospere.
La operación en Murcia desencadenó que en la Comunidad de Madrid, la presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso (PP), rompiese su acuerdo de gobierno con Ciudadanos y convocase elecciones anticipadas el mismo miércoles.
La formación liberal, por su parte, ha asegurado que su intención siempre ha sido mantener los gobiernos con los populares en Madrid, Castilla y León y Andalucía y que el problema lo tenían únicamente en Murcia, por el escándalo de los cargos de Sanidad que se vacunaron contra el coronavirus y la querella que el PP interpuso contra el teniende de alcalde de Murcia, Mario Gómez (Cs), después de que éste denunciara irregularidades en contratos municipales.
ENFRENTAMIENTO ENTRE ISABEL FRANCO Y ANA MARTÍNEZ
Ante el resultado que han tenido los movimientos realizados esta semana por Ciudadanos, De Quinto no ha sido el único que ha arremetido contra la dirección encabezada por Inés Arrimadas, que también ha sido criticada por otros antiguos de Cs.
Entre ellos, Xavier Pericay, exdirigente del partido y exportavoz en el Parlamento de Baleares, que ha señalado que el «esperpento murciano» tiene como principales protagonistas a dos mujeres que están «enfrentadas» y que forman parte de la Ejecutiva nacional, Isabel Franco y Ana Martínez Vidal.
Esta última era la portavoz del Ejecutivo murciano de López Miras y, tras la moción de censura, esperaba convertirse en presidenta del futuro gobierno de Cs y PSOE, mientras que Franco era la vicepresidenta y ahora, tras el acuerdo con el PP, se mantendrá en el Gobierno.
Pericay ha dicho que no sabe si en Murcia habrá fallado «la táctica o la estrategia» por parte de Ciudadanos, pero que «no parece que la cosa estuviera muy atada». Arrimadas había indicado este viernes que todos los representantes de Cs pusieron sus firmas para la moción de censura contra el PP, por lo que esperaba que, llegado el momento de votarla en la Asamblea, los seis diputados actuaran «en consecuencia» y la apoyaran.
«RIDÍCULO EN MURCIA Y PERDER MADRID»
También se ha pronunciado la exdirigente de Ciudadanos y exportavoz en el Ayuntamiento de Barcelona Carina Mejías, que cree que la operación en Murcia «se estudiará en el anuario de fiascos políticos». «Ridículo en Murcia y perder Madrid. ¡Qué jugada!», ha concluido.
Para el exportavoz de Cs en el Ayuntamiento de Málaga, Juan Cassá, que el año pasado se dio de baja como afiliado y ahora es concejal no adscrito, lo ocurrido estos días «es la prueba evidente de la descomposición de Ciudadanos y de la nula fiabilidad que tiene como partido».
«Están a punto de desaparecer y no hay rumbo ni dirección. Menudo espectáculo nacional están ofreciendo, en plena pandemia y con siete millones de parados», ha manifestado.
El comentario de Rodrigo Gómez, exdiputado en el Congreso por Zaragoza, ha sido que «en política se puede hacer de todo menos el ridículo».