Casi 12.000 niños han muerto o han sufrido heridas por la década de guerra en Siria
UNICEF pide que se resuelva la situación de 27.500 niños atrapados en campamentos o centros de detención del noroeste de Siria
La guerra de Siria ha provocado la muerte o causado heridas a casi 12.000 niños, según un balance publicado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) que da cuenta de más de tres víctimas al día si se tiene en cuenta que el conflicto estalló hace ya diez años.
La agencia ha advertido del impacto «sobrecogedor» de la guerra sobre los niños, incidiendo en que casi el 90 por ciento de ellos necesitan asistencia humanitaria a día de hoy, un aumento del 20 por ciento solo en el último año.
En términos bélicos, más de 5.700 niños, algunos de apenas siete años han sido reclutados para los combates, mientras que la desnutrición sigue amenazando la existencia y el futuro de cientos de miles. Más de medio millón de menores de cinco años sufren retraso en el crecimiento.
Además, casi 2,45 millones de niños en Siria y otros 750.000 niños sirios en los países vecinos no están escolarizados, entre otras razones porque ni siquiera las escuelas son un lugar seguro. UNICEF estima que más de 1.300 instalaciones y personal médico y educativo han sufrido ataques y que la cifra de niños con síntomas de trastornos psicosociales se duplicó en 2020.
La directora ejecutiva de la organización, Henrietta Fore, confía en que el décimo aniversario del conflicto no sea solo «otro hito sombrío que pasa por la visión periférica del mundo» y ha subrayado que «las necesidades humanitarias no pueden esperar».
En este sentido, ha emplazado a la comunidad a «hacer todo lo posible para lograr la paz en Siria y movilizar el apoyo para sus niños». UNICEF ha solicitado 1.175 millones de euros para su respuesta dentro de Siria y los países vecinos para 2021.
Pese a los «increíbles desafíos», el director de UNICEF para Oriente Próximo, Ted Chaiban, cree que los niños y jóvenes sirios siguen personificando «la definición de perseverancia y determinación», para «superar las dificultades y construir un futuro mejor». Chaiban ha calificado de «admirable» esta actitud.
PREOCUPACIÓN POR EL NORTE
Entre las preocupaciones de UNICEF figura la situación de volatilidad en el noroeste de Siria, donde millones de niños siguen desplazados y hay familias que se han visto obligadas a moverse hasta siete veces en busca de una seguridad que no termina de llegar.
El noroeste de Siria concentra más de tres cuartas partes de las violaciones graves registradas en 2020 y ha vivido un invierno marcado de nuevo por las lluvias torrenciales y la nieve, amenaza meteorológica para quienes viven en tiendas de campaña, refugios y edificios destruidos o inacabados.
Por otra parte, UNICEF también ha denunciado que en el campo de desplazados de Al Hol y en todo el noreste de Siria, 27.500 niños de al menos 60 nacionalidades y miles de niños sirios vinculados a grupos armados «languidecen» en campamentos y centros de detención.
La violencia ha aumentado recientemente en Al Hol, «poniendo vidas en riesgo y subrayando la necesidad de soluciones a largo plazo». La agencia ha reclamado la reintegración de estos menores en sus comunidades o, en el caso de los menores de origen extranjero, la repatriación segura.