Un estudio del think thank de Defensa avisa del peligro de una rápida retirada de tropas internacionales de Afganistán
Un artículo de opinión del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), el considerado think thank del Ministerio de Defensa, alerta de los peligros que puede conllevar una rápida retirada de las tropas internacionales de Afganistán, dando lugar incluso a una guerra civil en el país.
El expresidente de Estados Unidos Donald Trump firmó hace ya un año el llamado acuerdo de Doha para la retirada de su Ejército y de la OTAN de Afganistán en mayo de 2021. Pese a que las tropas ya han empezado a descender –EEUU cuenta actualmente con 2.500 militares en el país y España solo 24–, la Alianza Atlántica ha pedido avances en el proceso de paz antes de decidir su retirada. La ministra de Defensa española, Margarita Robles, también defendió en la última cumbre de la OTAN que la retirada debería estar condiciona a la consecución de «garantías» sobre el proceso de paz en el país.
Esta tesis es apoyada por la profesora de la Universidad de Málaga Pilar Rangel y el militar de Infantería de Marina Óscar Ruiz, destinado actualmente en el Cuartel General de la OTAN en Bélgica, en un documento de opinión que publica el IEEE.
A su juicio, hay una multitud de factores a tener en cuenta en el escenario afgano –como terrorismo, drogas, corrupción o refugiados, entre otros– que «hacen temer lo peor» si se produce una salida del país «poco planeada y precipitada» por parte de las tropas aliadas.
Según sostienen, Afganistán podría quedar entonces a merced de los talibanes y las fuerzas de seguridad locales, policía y Ejército irían perdiendo capacidades en numerosas zonas del país para contrarrestar ataques tanto de los talibanes como de grupos extremistas como ISISK.
A colación de esto último, la paulatina reducción de personal que se irá llevando a cabo en Afganistán también mermará las principales agencias civiles de inteligencia, especialmente las norteamericanas, reduciendo así la capacidad de monitorizar y observar las actividades los grupos extremistas como Al Qaeda e ISISK.
El análisis avisa de que también habría que tener en cuenta la progresiva reducción que se daría en el país de diplomáticos extranjeros, personal de agencias de ayuda y ONG y otros muchos civiles que, ante las reducciones de tropas extranjeras, y por lo tanto de seguridad en general, optarán por abandonar definitivamente el país afgano. Y todo ello unido conllevaría una notable reducción del apoyo económico al Estado afgano, advierten.
El documento analiza una serie de factores que, a su juicio podrían llevar a una nueva compartimentación de Afganistán donde los señores de la guerra y líderes regionales lucharían para controlar la riqueza del Estado. Y este escenario podría desembocar en una nueva guerra civil.
«Si hay alguien que pueda salir beneficiado de un escenario de guerra civil, vacíos de poder y situaciones de hambre y desesperación en la población civil, esos son grupos extremistas como Al Qaeda y ISISK», avisa el informe.
EN MANOS DE BIDEN
Este es el escenario que debe gestionar el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a quienes los autores del estudio ponen en el dilema de tener que elegir entre la salida definitiva de Afganistán y que se le pueda considerar «culpable» de su deterioro, o dejar a los soldados americanos en una guerra «interminable».
El documento presenta la posibilidad de una solución intermedia que no contentará a todas las partes. Señala que «no hay solución militar en Afganistán» pero Estados Unidos «no puede quedarse para siempre». Sin embargo, considera que una salida «abrupta y desorganizada» puede desestabiizar todo el país, especialmente en medio de las conversaciones de paz abiertas.
«Hay que dejar al país en la mejor situación posible, porque todo lo que no se acerque a esto significaría tener que regresar a Afganistán por razones similares a las de 2001», recomiendan los colaboradores del IEEE.