La irrupción de la actividad física por la pandemia ha aumentado el riesgo de depresión
La irrupción de la actividad física por la pandemia ha aumentado el riesgo de depresión, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos).
En concreto, los expertos, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences han comprobado que durante la pandemia la media de pasos se ha reducido de 10.000 a 4.600 pasos por día y las tasas de depresión han aumentado del 32 por ciento al 61 por ciento.
«Esto plantea muchas explicaciones posibles, incluido que el impacto de la actividad física puede requerir una intervención a más largo plazo. Al mismo tiempo, nuestros resultados muestran claramente que aquellos que mantuvieron el ejercicio físico durante la pandemia fueron los más resistentes y menos propensos a sufrir depresión», han explicado los expertos.
De hecho, hay una diferencia de 15 a 18 puntos porcentuales en las tasas de depresión entre los participantes que experimentaron grandes interrupciones en su movilidad, en comparación con los que mantuvieron sus hábitos.
Entre los participantes, durante los meses más duros de la pandemia, el sueño aumentó de 25 a 30 minutos por noche, el tiempo dedicado a socializar disminuyó en más de la mitad (menos de 30 minutos por día) y el tiempo de pantalla se duplicó a cinco o más horas por día.
Asimismo, los investigadores encontraron que las grandes disminuciones en la actividad física durante el COVID-19 estaban más fuertemente asociadas con tasas más altas de depresión. Los minutos de actividad física se traducen en unos 10 minutos en los que la frecuencia cardiaca se eleva lo suficiente como para quemar, al menos ,1,5 veces más calorías que en reposo.
Para examinar si una intervención política podría ayudar a contrarrestar algunos de los impactos adversos de la pandemia en la salud mental, los investigadores implementaron un experimento aleatorio.Se incentivó a la mitad de los participantes a caminar al menos 10,000 pasos por día durante dos semanas.
La estrategia aumentó significativamente sus pasos promedio en aproximadamente 2.300 pasos por día y la actividad física en casi 40 minutos por día, en comparación con la otra mitad de los sujetos. Sin embargo, el impacto del ejercicio no se tradujo en una mejora en la salud mental, ni animó a los estudiantes a mantener la actividad física una vez finalizado el período de dos semanas.
«La actividad física puede tener interacciones importantes con otros comportamientos de estilo de vida, como las interacciones sociales. También podría darse el caso de que la relación entre la actividad física y la depresión esté impulsada más por la salud mental que por los hábitos de estilo de vida», han zanjado los expertos.