La contracción del sector servicios lastra la recuperación de las empresas españolas, según PMI
La actividad del sector privado en España volvió a contraerse en febrero como consecuencia del deterioro del sector servicios por las restricciones impuestas para contener la pandemia, mientras que el sector manufacturero regresó a territorio positivo, según el índice de gestores de compras (PMI) elaborado por IHS Markit.
En concreto, este indicador adelantado se situó en febrero en 45,1 puntos, frente a los 43,2 de enero, por debajo del umbral de 50 puntos que separa la contracción de la expansión. En el caso del sector servicios, el PMI frenó su deterioro al repuntar hasta los 43,1 enteros desde los 41,7 del mes anterior, mientras que la actividad manufacturera volvió a crecer, con una lectura del PMI de 51,9 puntos, frente a los 49,3 de enero.
«La encuesta de febrero mostró otro mes de desafíos para las empresas de servicios españolas, ya que los sectores de contacto social continuaron sufriendo adversidades debido a las continuas restricciones relacionadas con el tratamiento de la Covid-19», señaló Paul Smith, economista de IHS Markit.
Los nuevos pedidos de las empresas españolas en su conjunto cayeron por séptimo mes consecutivo en febrero, a pesar del incremento observado en el sector manufacturero, contrarrestado por las caídas del sector servicios.
Asimismo se registraron pérdidas de empleo por duodécimo mes consecutivo, aunque gracias a la disminución marginal en el sector manufacturero, el ritmo de contracción en general fue el más débil de la actual secuencia de destrucción de empleo.
En cuanto a los precios, el coste de los insumos creció al mayor ritmo de los últimos cuatro años, provocando una aceleración de costes operativos en el sector privado, aunque las tarifas siguieron bajando por el lastre del sector servicios, ya que el sector manufacturero experimentó un notable repunte.
A su vez, las expectativas de una implementación exitosa de la campaña de vacunación y una posterior flexibilización de las restricciones por la Covid-19 impulsaron el optimismo de las empresas sobre el futuro hasta su nivel más alto desde mayo de 2018.