El FMI aprueba un acuerdo ampliado de 1.480 millones con Costa Rica sujeto a políticas económicas y fiscales

El directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó el lunes por la noche un acuerdo ampliado de 36 meses en el marco del Servicio Ampliado del FMI (SAF) para Costa Rica, por un importe de 1.778 millones de dólares (1.478,3 millones de euros), según informó la multilateral en un comunicado, en el que explicó que la aprobación del programa incluye el cumplimiento de iniciativas de políticas por parte de las autoridades costarricenses.

En concreto, las políticas a desarrollar giran en torno a tres pilares fundamentales. Estos son la aplicación gradual de reformas fiscales equitativas para garantizar la sostenibilidad de la deuda, protegiendo al mismo tiempo a los sectores más vulnerables; mantener la estabilidad monetaria y financiera, al tiempo que se continúa reforzando la autonomía operativa y la gobernanza del banco central y se abordan las vulnerabilidades financieras estructurales; y avanzar reformas estructurales claves para promover el crecimiento inclusivo, ecológico y sostenible.

La aprobación del acuerdo permite al país centroamericano un desembolso inmediato de 296,5 millones de dólares (246,5 millones de euros). Asimismo, el acuerdo complementa el apoyo de emergencia de 521,7 millones de dólares (433,8 millones de euros) del organismo multilateral a Costa Rica otorgado en abril de 2020.

EL FMI PROYECTA UN CRECIMIENTO DEL 2,6% DEL PIB EN 2021.

De su lado, la institución con sede en Washington finalizó la consulta del Artículo IV de 2021 con Costa Rica, en la que proyectó un crecimiento de la economía costarricense del 2,6% en 2021, en un escenario en el que los riesgos para las perspectivas económicas «permanecen altos dada la incertidumbre alrededor de la pandemia».

El Fondo destacó que si bien el país logró «importantes avances en su agenda de reformas fiscales y estructurales en los últimos años», la pandemia ha supuesto un duro impacto a la economía y ha agravado las vulnerabilidades preexistentes, neutralizando los posibles beneficios de la reforma fiscal iniciada a finales de 2018 y generando una «cuantiosa brecha de financiamiento».

El director gerente adjunto y presidente interino del directorio del FMI sobre Costa Rica, Mitsuhiro Furusawa, destacó que los efectos de la pandemia han sido considerables en el país, debilitando su posición fiscal y generando un déficit alto de financiamiento.

«Ante este contexto, el Servicio Ampliado del FMI respaldará el programa formulado por el país, dirigido a garantizar la estabilidad macroeconómica, apoyar una recuperación gradual y avanzar en la agenda de reformas», subrayó Furusawa.

El representante del FMI afirmó que las autoridades ticas se comprometerán a alcanzar un superávit primario para el 2023 que permita redirigir la trayectoria de la deuda hacia un orden descendente, al tiempo que continuarán asegurando un gasto relacionado con la epidemia adecuado para 2021 y un gasto social y de capital «crítico» durante el medio plazo.

En política monetaria, Furusawa resaltó la política acomodaticia del Banco Central, así como otras medidas del sector monetario y financiero, las cuales fueron «transparentes» y «bien focalizadas».

«De cara al futuro, el mayor desarrollo del mercado de divisas favorecerá una gestión del riesgo eficaz y mayor intermediación en moneda local, mientras que la intensificación del monitoreo y la supervisión contribuirán a garantizar una capitalización bancaria adecuada», añadió Furusawa.

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