ONUSIDA exige el fin de la discriminación, la estigmatización y la criminalización
La directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, ha exigido el fin de la discriminación, la estigmatización y la criminalización, recordando que la crisis generada por el coronavirus ha «magnificado» las diferencias sociales.
«Con la pandemia hemos visto comunidades marginadas, que ya estaban al borde, sufriendo el golpe económico más duro, quedando atrapadas al final de la línea de servicios vitales y siendo el chivo expiatorio de la crisis. Sin embargo, la crisis también ha hecho que las comunidades más excluidas sean, una vez más, las primeras en dar un paso al frente para ayudar», ha dicho.
Por ello, ha pedido que desaparezcan «todas las desigualdades», ya sea por género, ingresos, raza, discapacidad, orientación sexual, etnia y religión, porque «desfiguran» a la sociedad y socavan la justicia y la dignidad. «Desafiamos a todas las instituciones y a todas las personas de influencia a no solo ser no discriminatorias, sino también a ser antidiscriminatorias», ha dicho.
Y es que, tal y como ha advertido, la discriminación mata, agrava las emergencias y perpetúa las pandemias. Además, ha lamentado que estas desigualdades también estén provocando que no se vaya a alcanzar el objetivo de acabar con el sida en el año 2030.
Por ejemplo, la investigación muestra que las leyes punitivas con respecto a la orientación sexual duplican la probabilidad de contraer el VIH para los hombres homosexuales. «Revocar esas leyes es fundamental para vencer la pandemia del VIH», ha aseverado.
Del mismo modo, ha detallado que la discriminación contra los migrantes y otras poblaciones excluidas y estigmatizadas está obstruyendo su acceso a las pruebas, el tratamiento y al apoyo del Covid-19. «Estamos viendo la discriminación que marca las cicatrices de nuestros países también a nivel internacional. A medida que se dispone de nuevas vacunas contra COVID-19, ha habido una gran inequidad», ha argumentado.
Y es que, solo 10 países han administrado más del 75 por ciento de todas las vacunas COVID-19, mientras que más de 130 países no han recibido una sola dosis. «Poner fin a las desigualdades promoverá los derechos humanos de todos, hará que las sociedades estén mejor preparadas para vencer al COVID-19 y las pandemias futuras y respaldará la recuperación y la estabilidad económicas», ha zanjado.