El investigador del mayor estudio sobre dieta mediterránea critica a Nutriscore por el aceite de oliva: «Es aberrante»

El jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic (Barcelona) y promotor del mayor ensayo clínico sobre dieta mediterránea (PREDIMED), Ramón Estruch, ha criticado la posición del aceite de oliva virgen extra en el sistema de etiquetado de alimentos Nutriscore , en los que aparece peor valorado que, por ejemplo, las bebidas azucaradas de cola. En cualquier caso, el Ministerio de Consumo ya ha avanzado que este producto se quedará fuera de la valoración de Nutriscore .

«Es triste que haga jugar al aceite de oliva en tercera división. Lo colocan en el tercer nivel y se quedan tan anchos. Sorprende que el aceite de oliva tenga una C y la cola una B . Desde el punto de vista nutricional es aberrante», ha lamentado durante el encuentro Problemas y oportunidades de la implantación de Nutriscore en España , organizado por qcom.es.

Estruch ha lamentado, como grandes puntos negativos del sistema, que «no está basado en ningún estudio científico». «No hay evidencia coherente que apoye sus recomendaciones. Mezcla alimentos con nutrientes, no tiene sentido desde el punto de vista científico», ha denunciado.

«Relaciona aspectos negativos y positivos que no quedan claros; no valora la calidad de proteínas, grasas ni hidrato de carbono; no tiene en cuenta el grado de procesamiento…. Algo falla aquí. Tenemos que implementar un sistema basado en estudios científicos, no en algoritmos que no se sabe muy bien cómo han sido calculados», ha agregado al respecto.

En en el caso concreto del aceite de oliva, Estruch ha recordado que, según se puso de manifiesto en PREDIMED, evita complicaciones cardiovasculares mayores, como infato. «Ha demostrado una eficacia brutal de protección de la salud que no ha sido igualada por ninguna intervención farmacológica o médica», ha reivindicado.

En este sentido, ha defendido que es «uno de los elementos clave» de la dieta mediterránea, considerada como la mejor a nivel mundial. «No puede un algoritmo separar un producto de otro, la clave es la unión entre todos ellos. No es lo mismo consumir un elemento solo que en combinación de otros», ha señalado refiriéndose a que el aceite de oliva no se consume solo, sino con ensaladas u otros platos saludables.

La presidenta de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD), Ascensión Marcos Sánchez, también ha sido crítica con este sistema usado en Francia y Bélgica, y cuya puesta en marcha está prevista en España en los primeros meses de 2021. Además, Bélgica y Alemania han anunciado a la Comisión Europea su deseo de implementarlo próximamente.

Nutriscore se focaliza en la cantidad de calorías, azúcares, sodio y grasa saturada de los alimentos y, mediante un argoritmo, se atribuyen puntos positivos y negativos en relación con la cantidad de los constituyentes. Así, se hace un perfil nutricional global de los productos que se muestra en un gráfico, a modo de semáforo, de 5 colores (del verde al rojo), y 5 letras (de la A a la E).

Según la presidenta de FESNAD, el etiquetado frontal es «una buena herramienta» para ayudar a los consumidores a realizar una compra saludable. Sin embargo, para que este sea efectivo, considera que debe ser fácilmente comprensible, neutral, y adaptado a los hábitos alimentarios y a las guías alimentarias de la población a la que va dirigido, algo que no ocurre con Nutriscore .

«El algoritmo de Nutriscore está calculado a partir de la cantidad de energía y de algunos nutrientes por 100 gramos o 100 mililitros, así como del porcentaje de presencia de ciertos alimentos, sin considerar la porción ni la frecuencia con que se consume dicho producto en la dieta, que es algo fundamental a tener en cuenta», ha argumentado Marcos.

Asimismo, ha señalado otras desventajas de este sistema, como que no se adapta a la dieta mediterránea, basada en un consumo equilibrado, variado y moderado de alimentos; y que el algoritmo no está bien ponderado, ya que la presencia de algunos puntos favorables enmascara los puntos desfavorables, «lo cual no es científicamente razonable y genera dudas en el consumidor».

Por eso, la experta aboga por realizar algunas mejoras al algoritmo de Nutriscore que incluyan aspectos como la valoración del equilibrio social, económico y medioambiental del producto, «así como la frecuencia con la que ese producto debería aparecer en la dieta», ha sugerido Marcos.

Mercedes López-Pardo, vocal del comité científico y coordinadora del proyecto de información a pacientes de ADENYD, ha resaltado que la idea de Nutriscore es «buena y necesaria», pero ha advertido de que su adaptación es «complicada».

«No indica la frecuencia de consumo, ni calidad y procedencia de los alimentos. Se hace más por cantidad de nutrientes que por calidad. No tiene en cuenta minerales y vitaminas. Evita leer las etiquetas más detalladas», ha detallado, aunque sugiriendo que, al menos, se ha abierto un debate sobre la necesidad de «implantar un etiquetado que sea el que realmente necesitamos».

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