Santamaría se abrió en 2018 a vender Génova y Casado dijo entonces que cambiar de edificio no era el problema de fondo
En las primarias del PP ya estaba sobre la mesa el posible cambio de la sede del partido ante las informaciones sobre el pago en negro
La exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría dejó la puerta abierta en julio de 2018, en pleno proceso de primarias del PP, a vender la sede nacional del partido de la calle Génova, mientras que su adversario político en ese momento, Pablo Casado, sostenía que lo que podía hacer reconectar con la sociedad no era «cambiar al edificio de enfrente».
El asunto ha vuelto este martes al foco informativo después de que Casado haya anunciado que abandonarán la sede de Génova y cambiarán de ubicación, un paso con el que quiere romper con el pasado y los casos de corrupción que se están juzgando sobre la supuesta caja b de la formación.
Ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP, Casado ha argumentado que «no deben seguir en un edificio cuya reforma se está investigando en los tribunales», coincidiendo con el inicio en la Audiencia Nacional del juicio por el presunto pago de las reformas de la sede del PP con dinero negro y por el que el extesorero del partido Luis Bárcenas se enfrenta a otros años de prisión.
POSICIONES DIFERENTES DE SANTAMARÍA Y CASADO
En verano de 2018, en pleno proceso interno de primarias para elegir al sucesor de Mariano Rajoy, Sáenz de Santamaría se abrió a estudiar la posibilidad de vender la sede de Génova, ante las informaciones que apuntaban a que se había pagado con dinero negro.
Según dijo Santamaría, era una propuesta que la habían hecho «muchos afiliados» y no descartó la posibilidad de venderla. «Como me lo han planteado muchos afiliados de base, yo creo que hay que darle una vuelta porque esa gente tiene mucha visión de futuro y de cómo puede ser nuestro partido en el futuro con generosidad, humildad y volviéndonos a construir de abajo a arriba», afirmó el 10 de julio.
Ese mismo día se le preguntó por esas declaraciones a su rival político, Pablo Casado, quien aseguró que él era un candidato que no renegaba del pasado y añadió: «Creo que el problema del PP no es ni qué sede tiene, ni un logotipo ni un himno ni un nombre. El problema que tenemos es de fondo».
Según subrayó entonces, lo que podía hacer reconectar con la sociedad y el electorado no era «pintar el logotipo de otro color» o «cambiar al edificio de enfrente» sino mantener una «posición firme» en Cataluña, en política antiterrorista, bajada de impuestos, la unidad de España o defensa de la familia.
«Con pleno respeto al resto de candidaturas y en especial ahora que estamos en la recta final, con pleno respecto a Soraya Sáenz de Santamaría, con quien tengo una excelente relación y a la que nunca he criticado», aseguró Casado, para añadir que él se presentaba a ese cónclave con una «autocrítica constructiva» porque era el que «más ha defendido al Gobierno de Rajoy».
Al final fue Pablo Casado el que se impuso sobre Santamaría en ese congreso extraordinario celebrado en julio de 2018 para elegir al nuevo presidente del PP y en el que los mensajes de regeneración y ejemplaridad centraron las promesas de los candidatos tras el caso de los papeles de Bárcenas .
EL CAMBIO DE SEDE, «UN GESTO» QUE CALMA AL PARTIDO
A la espera de que la dirección nacional ofrezca más detalles sobre el cambio de sede del PP, fuentes de la cúpula del partido han señalado que quieren hacerlo «lo antes posible», sin precisar ninguna fecha.
El presidente del Partido Popular ha encargado al secretario general de la formación, Teodoro García Egea, «el traslado de la sede y todo lo relativo al mismo», según han confirmado a Europa Press fuentes populares .
El anuncio de Casado de que abandonarán Génova ha eclipsado el debate interno abierto estos días tras los malos resultados del PP en las elecciones catalanas del domingo, donde pasó de cuatro a tres escaños y sufrió el sorpasso de Vox.
Ante esa debacle, algunos sectores del PP habían pedido cambios en la cúpula, planteando que refuerce su equipo para el combate diario contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Al final, este debate no se ha producido en el Comité Ejecutivo y Casado ha sorprendido a todos los asistentes con el anuncio del cambio de sede.
«Es un buen gesto, que va en el buen camino y ayuda a tranquilizar al partido porque lanza el mensaje: Yo no tengo nada que ver si hay algún sirvergüenza que nos ha robado «, ha resumido un presidente del PP, que ha añadido que ese anuncio ha gustado entre sus alcaldes y concejales.
UN INMUEBLE DE 10.243 METROS QUE COMPRÓ A MAPFRE EN 2007
El inmueble situado en Génova 13, desde cuyo balcón ha celebrado el PP sus victorias electorales, cuenta con 10.243 metros distribuidos en nueve plantas de oficinas y cuatro de aparcamiento. Si el PP elige la opción de vender, podría conseguir hasta 36 millones de euros, mientras que si opta por arrendar obtendría entre 140.000 y 160.000 euros al mes, según las estimaciones de Idealista.
De conseguir esta cantidad, el PP recuperaría casi la totalidad de la inversión realizada en 2007 cuando compró el inmueble a Mapfre por 37 millones de euros, según añade el portal inmobiliario, que señala que esta decisión se produce «en plena pandemia y en un escenario donde el teletrabajo ha cobrado protagonismo».