Investigadores observan que la biopsia líquida para el cáncer colorrectal podría orientar el tratamiento de los tumores
Un nuevo estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, ha demostrado que una biopsia líquida que examina sangre u orina puede ayudar a medir la efectividad de la terapia del cáncer colorrectal y podría servir como guía para decidir si un paciente debe someterse a tratamientos adicionales.
En el estudio, publicado en el Journal of Clinical Oncology Precision Oncology , se investigo a varios pacientes con cáncer colorrectal oligometastásico, lo que significa que los cánceres de cada paciente se habían extendido más allá de su tumor original, pero solo a una pequeña cantidad de sitios.
Estos pacientes se someten a quimioterapia para reducir el tamaño de los tumores antes de someterse a una cirugía para extirpar lo que quede del tumor primario. Existe un debate en el campo sobre si, después de la terapia inicial, el cáncer oligometastásico debe tratarse como cáncer metastásico, con más quimioterapia, o como cáncer localizado, con más cirugía más radiación en esos sitios limitados.
Actualmente, los médicos tienen una capacidad limitada para predecir cómo responderán los pacientes a la quimioterapia temprana, especialmente porque la mayoría de los pacientes no tienen acceso a la secuenciación del genoma del cáncer para identificar las mutaciones del AND en sus tumores originales.
«Ser capaz de medir la respuesta a la quimioterapia temprana sin conocimiento previo de las mutaciones del tumor es una idea nueva e importante para poder determinar si el paciente respondió bien a la terapia. Esto puede proporcionar una guía sobre cómo tratar la enfermedad oligometastásica», ha señalado el autor principal Aadel A. Chaudhuri, profesor asistente de oncología radioterápica.
Así, explica, «si la biopsia líquida indica que un paciente respondió bien a la quimioterapia temprana, tal vez se le debería ofrecer la posibilidad de más cirugía, lo que potencialmente podría curar su enfermedad. Pero si no respondieron bien, es probable que el cáncer esté demasiado extendido y no se pueda erradicar con cirugía, por lo que esos pacientes deberían recibir más quimioterapia para controlar su enfermedad».
Las biopsias líquidas para el cáncer colorrectal detectan el AND del tumor que se ha liberado del cáncer y está circulando en la sangre y, en menor medida, se ha acumulado en la orina. Las biopsias descritas en este estudio son únicas en comparación con otras biopsias líquidas que se están desarrollando para el cáncer colorrectal de tres formas principales.
Primero, la mayoría de estas biopsias se han desarrollado para rastrear cánceres metastásicos o para verificar que los cánceres locales no hayan comenzado a diseminarse. En segundo lugar, la mayoría de las biopsias líquidas para el cáncer se basan en el conocimiento de las mutaciones del tumor original, para ver si esas mutaciones todavía están presentes en la sangre después de la terapia. Pero muchos pacientes no tienen la oportunidad de secuenciar sus tumores originales.
La nuevas biopsias se basan en la detección de mutaciones en el AND en la sangre o en la orina y compararlas con las mutaciones en el AND medidas en el tumor primario tratado, después de extirparlo quirúrgicamente. Y finalmente, la biopsia de orina es única para el cáncer colorrectal, ya que la mayoría de las biopsias de orina se han limitado a su uso en cánceres del sistema genitourinario, especialmente cáncer de vejiga.
«Los niveles de AND tumoral circulante que pudimos medir en la orina fueron más bajos que los que medimos en la sangre, pero esto sigue siendo una prueba del concepto de que es posible medir la enfermedad residual en un cáncer no urinario de esta manera totalmente no invasiva. Necesitaremos desarrollar técnicas más sensibles para detectar el AND del tumor colorrectal en la orina para que esta sea una prueba clínica útil. Pero este es un comienzo prometedor», ha explicado Chaudhuri, quien también trata a pacientes en el Centro Oncológico Siteman en el Hospital Barnes-Jewish y en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington.
El estudio mostró que los niveles más bajos de AND tumoral circulante se correlacionan con mejores respuestas a la quimioterapia temprana. De hecho, la mayoría de los pacientes que tenían niveles indetectables de AND tumoral en muestras de sangre tampoco tenían cáncer medible en sus muestras quirúrgicas.
También hubo evidencia de que la enfermedad residual detectada en las biopsias líquidas era más predictiva de los resultados que la enfermedad residual encontrada en las muestras quirúrgicas. Por ejemplo, los investigadores describieron la experiencia de un hombre al que, después de la quimioterapia temprana para reducir o eliminar el tumor, aún se le extirpó un cáncer detectable durante la cirugía. Pero su muestra de sangre tomada ese mismo día no mostró AND tumoral circulante. Experimentó una supervivencia a largo plazo sin recurrencia del cáncer.
Por otro lado, se descubrió que una mujer sin células cancerosas detectables en su muestra quirúrgica, extraída después de la quimioterapia temprana, tenía AND tumoral circulante en su muestra de sangre del mismo día. Ocho meses después, el cáncer regresó a su hígado.
El estudio sugiere que tales biopsias líquidas podrían ayudar a personalizar el tratamiento para el cáncer colorrectal oligometastásico. Más allá de identificar a los pacientes con alto riesgo de recurrencia y ayudar a guiar las decisiones sobre qué terapias tradicionales deben administrarse, el nuevo estudio también identificó a los pacientes que podrían beneficiarse de las terapias inmunes y otros tratamientos dirigidos.
«Basándonos en las mutaciones en la biopsia de sangre, pudimos identificar a los pacientes que podrían beneficiarse de un tipo de terapia inmunológica llamada inhibidores de puntos de control inmunológico después de que se complete su terapia inicial. También encontramos mutaciones que podrían ser dirigidas con medicamentos aprobados para otros cánceres. Nuestro estudio actual es observacional, pero allana el camino para diseñar ensayos clínicos futuros que podrían probar algunas de estas terapias potenciales», concluye Chaudhuri.