Buhari llama a la calma tras los últimos enfrentamientos intercomunitarios en el sur de Nigeria
El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, ha hecho un llamamiento a la calma tras los últimos enfrentamientos intercomunitarios en el sur del país africano y ha recalcado que las autoridades «protegerán a todos los grupos religiosos y étnicos».
«Nuestro Gobierno protegerá a todos los grupos religiosos y étnicos de Nigeria, ya sean mayoritarios o minoritarios, en línea con nuestra responsabilidad bajo la Constitución», ha señalado Buhari a través de su cuenta en la red social Twitter.
«No permitiremos que ningún grupo étnico o religioso azuce el odio o la violencia contra otros grupos», ha manifestado, antes de pedir a los líderes religiosos y tradicionales, así como a los gobernadores provinciales, que «unan sus manos con el Gobierno para garantizar que las comunidades de su zona no se dividen según líneas étnicas».
Las palabras de Buhari han llegado tras la muerte de diez personas en enfrentamientos entre el viernes y el sábado entre miembros de las comunidades hausa y yoruba en el mercado de la ciudad de Ibadan, situada en el estado de Oyo, lo que ha llevado a las autoridades locales a imponer un toque de queda.
Según las informaciones recogidas por el diario nigeriano The Premium Times , los enfrentamientos estallaron después de que un comerciante de la comunidad hausa matara a otro de la comunidad yoruba durante una disputa en el mercado de Shasha, sin que esté claro si el motivo de la misma fue étnico.
En respuesta, varios yorubas llevaron a cabo ataques en venganza contra hausas, recrudeciendo los enfrentamientos durante los días posteriores. Los incidentes se han saldado con cerca de cien heridos y con numerosas tiendas incendiadas, según ha dicho el presidente de un sindicato del mercado de Shasha, en declaraciones a la cadena de televisión británica BBC.
Nigeria ha sido escenario en los últimos años de un repunte de los enfrentamientos intercomunitarios, especialmente en la zona central del país, algo achacado a la disputa por el control de tierras entre agricultores y pastores.
El país cuenta con amplios pastizales en el norte, si bien la desertificación y los ataques del grupo yihadista Boko Haram y su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA) han empujado a muchos pastores hacia el sur, entrando en conflicto con los agricultores de la zona.
Los pastores fulani, mayoritariamente musulmanes, y los agricultores, fundamentalmente cristianos, han protagonizado enfrentamientos durante décadas en torno a los territorios y los recursos, incidentes que se ven alimentados por la suspicacia entre las poblaciones locales hacia los fulani –también conocidos como peul–, a los que acusan de alinearse con los yihadistas.
El principal motivo es que los grupos yihadistas que operan en la región –incluidas las filiales de Al Qaeda y Estado Islámico– han aprovechado el descontento y la tradicional marginación de los peul para engrosar sus filas, lo que ha derivado también en acusaciones contra ellos por supuestamente ser miembros de estos grupos.