Los ciudadanos de Birmania salen a las calles para protestar contra el golpe de Estado
Los ciudadanos han tomado este jueves las calles de Birmania con protestas para rechazar el golpe de Estado y reclamar el restablecimiento de la democracia y el Gobierno elegido por el pueblo.
En la ciudad de Mandalay cerca de 30 ciudadanos han protagonizado una de las manifestaciones de la jornada frente a la facultad de Medicina, con pancartas y megáfonos para reivindicar la democracia y condenar las acciones del Ejército birmano.
Los manifestantes también han clamado por la libertad de los líderes detenidos, como la líder de facto del país, Aung San Suu Kyi, y el presidente birmano, Win Myint, y han reclamado la caída del Ejército del poder. La protesta se ha saldado con la detención de algunos manifestantes, tal y como informa Myanmar Times .
En los últimos días gran parte de la población se ha organizado a través de redes sociales para llevar a cabo campañas de desobediencia contra el golpe. Facebook, muy popular en el país, ha sido una de las plataformas más utilizadas para ello, por lo que el Ejército ordenó a las empresas de telecomunicaciones que lo bloqueasen hasta el 7 de febrero, lo que ha provocado que los convocantes migren a redes sociales como Twitter o Telegram, recoge The Irrawady .
Entre otras movilizaciones, en los últimos días, han tenido lugar caceroladas en las calles y desde ventanas y balcones, y se han podido ver pancartas y oír cánticos contra el golpe militar. «Suelten ahora a nuestros líderes arrestados», se ha podido oír en alguna de ellas, informa The Hindu .
Por otro lado, profesionales sanitarios de distintos hospitales del país han declarado la desobediencia civil con parones en sus jornadas.
«PROFUNDA PREOCUPACIÓN»
Frente a la situación que se vive en el país, organizaciones como Amnistía Internacional han lamentado la detención de activistas y defensores de Derechos Humanos, mientras otros organismos como el Consejo Noruego para los Refugiados ha alertado del «desastre humanitario» que puede significar el golpe para un millón de personas en situación de vulnerabilidad.
Por su parte, los 15 países miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas han consensuado un comunicado en el que expresan su «profunda preocupación» por el estado de emergencia impuesto el lunes en Birmania y piden la liberación de líderes.
El golpe fue ejecutado tras las recientes tensiones a raíz de las elecciones generales de noviembre, en las que se impuso de forma aplastante la NLD y tras las que tanto la oposición como el Ejército han denunciado posibles irregularidades, aunque ninguno ha presentado pruebas de este supuesto fraude.
Las Fuerzas Armadas habían dejado entrever su malestar por estas presuntas irregularidades, incluso sugiriendo que la Carta Magna podría ser «revocada» días antes de la asonada. Finalmente, el lunes con las detenciones de los principales líderes del país y horas antes de que se celebrara la sesión en el Parlamento que confirmara los resultados, el jefe del Ejército, Min Aung Hlaing, se hizo con el poder.