Esade advierte de que los ERTE no pueden prolongarse de manera indefinida
La escuela de negocios Esade ha advertido de que los ERTE no pueden prolongarse de manera indefinida y ha instado al Gobierno a establecer nuevas políticas de medio y largo plazo para ayudar a los trabajadores protegidos por este mecanismo a emplearse en otros sectores.
En su opinión, a medio plazo será necesaria la reasignación de la actividad y de los trabajadores entre sectores, y estima que un uso adecuado de los fondos Next Generation es «imprescindible» para la transformación de la economía a los sectores digital y de la transición ecológica.
Esade señala también la necesidad de medidas más decididas para reducir la doble dualidad del mercado laboral (temporalidad y parcialidad). Afirma que la reducción en las diferencias de costes esperados en función del tipo de contrato ayudará a reducir la temporalidad.
Además critica que, en el ámbito de la formación, las medidas implementadas hasta ahora parecen insuficientes para el acceso fructífero de los desempleados a la misma, particularmente cuando se produce a distancia o desde casa en el contexto actual.
Los analistas de Esade Carlos Victoria, Manuel Hidalgo y Ángel Martínez han elaborado un análisis sobre la Encuesta de Población Activa de 2020, que refleja que el desempleo, si bien ha aumentado en 622.600 personas, hasta elevar la tasa de paro al 16,13%, no lo ha hecho tanto como en crisis anteriores.
De este modo, la variación interanual ha sido del 2,35 puntos porcentuales, algo relativamente sorprendente en un país que suele ver su tasa de desempleo dispararse en momentos de fuerte caída del PIB. En tasa intertrimestral esta cifra supone una variación del -0,1 % (-1,6 % desestacionalizada).
Sin embargo, considera que estas cifras deben valorarse con mucha precaución por razones técnicas: los datos apuntan a que las medidas de sostenimiento del empleo y de mantenimiento de rentas y de liquidez han sido un elemento fundamental para evitar una destrucción de empleo masiva, aunque, recuerdan que la definición de la tasa de desempleo y su metodología de cálculo considera a las personas en Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) como ocupadas y que 755.000 personas continúan en esta situación.
A pesar de las razones antes mencionadas, destacan algunas dinámicas muy relevantes. En primer lugar, la ocupación creció en 167.400 (+0,87% y +1,29% desestacionalizada en tasa intertrimestral). Este aumento, junto con la caída de un 47,4% de los trabajadores ausentes de su trabajo en la semana de referencia (aproximación EPA de trabajador en ERTE de acuerdo con las recomendaciones de OIT y Eurostat) elevaron el número de horas trabajadas en un 10,1%.
Pero ante la excepcionalidad de las medidas aplicadas para contener los efectos perniciosos sobre el empleo del confinamiento y de la contracción productiva causada por las diferentes olas de la pandemia, creen pertinente atender a otras variables, no solo la ocupación, sino también las horas, como una buena aproximación de la actividad productiva y su efectos sobre la laboral. Así, las horas de trabajo pueden complementar mejor el análisis.
A pesar de un crecimiento menor de las horas que en el tercer trimestre (entonces un 15,1%) los datos publicados hoy por el INE muestran que, a pesar de la situación aún compleja por la pandemia, durante el último trimestre continuó cerrándose la brecha originada por la irrupción de la pandemia en el primer trimestre del año pasado.
Así, si en el segundo trimestre de 2020 la tasa interanual en horas trabajadas caía en un 26,6%, en el último solo lo hacía un 6,1%, frente al -7,2% del tercero.
Esade señala que, en la situación actual, cobra especial importancia el análisis de los flujos entre las diferentes clasificaciones en las que se engloban los encuestados. Así, el aumento de la ocupación vino determinada por un importante flujo desde el desempleo y la población inactiva de 1.548.200 personas. Por el contrario, desde la ocupación partieron a las dos categorías restantes 1.394.600 (717.200 al desempleo y 677.400 a la inactividad).
En cuanto al desempleo, salieron de él 1.578.000 personas, 902.000 a la ocupación y el resto a la inactividad. Se declararon desempleados en el cuarto trimestre los 717.000 que venían de estar ocupados en el tercer trimestre y los 847.700 que vinieron desde la inactividad.